“Juan, ésta es tu casa”, le dijo María Pía Astori a Juan Schiaretti en la presentación que el gobernador realizó en la Fundación Mediterránea ante una platea numerosa: 360 personas, según los organizadores, entre empresarios y buena presencia del arco opositor. Se sabe: la muy buena relación de Schiaretti con la FM viene de larga data.
De hecho, el gobernador cultivó una amistad con Piero Astori (el padre de Pía), uno de los fundadores de la Mediterránea y hasta se desempeñó como gerente de Palmar, una de las históricas empresas familiares propiedad de la presidenta de la entidad.
El gobernador sabía que el partido estaba ganado antes de entrar a la cancha. La relación con el empresariado casi no sufrió fisuras a lo largo de sus tres mandatos y, por el contrario, en esta última etapa se potenció.
Buena parte de los empresarios ven en Schiaretti a un buen gestor, a un dialoguista y con una gran visión de trabajo conjunto entre el sector público y el privado.
El acto del lunes sí le permitió a Schiaretti comprobar que, al menos en el Círculo Rojo empresario, el “modelo Córdoba” se puede exportar. Después se verán las formas: si es a través de una candidatura o como el armador de un espacio que articule a los mejores exponentes de una avenida del medio que cada vez se angosta más, tanto por derecha como por izquierda.
¿Y ahora, quién viene?
Sin embargo, lo que sobrevoló el lunes en el almuerzo en el HolidayInn, además de la potencial proyección nacional del gobernador, es qué viene después de Schiaretti.
Para la mayoría de los empresarios la pelea se centrará entre Martín Llaryora y Luis Juez, aunque algunos no descartan al radical Rodrigo De Loredo (“sería muy buen intendente” fue una frase recurrente que dijeron los consultados).
¿Quién aparece mejor posicionado entre los empresarios? Aunque hay matices, la respuesta se puede sintetizar en una frase: “No sé. Acá lo que importa es que no va a estar Schiaretti”.
Hilando un poco más fino, el intendente Llaryora pica en punta en las preferencias por su perfil de gestor y las tareas ejecutivas que desarrolló a lo largo de su carrera: intendente de San Francisco, titular del Ministerio de Comercio y Desarrollo Tecnológico en 2013 (durante el gobierno de José Manuel de la Sota), vicegobernador y diputado nacional. Ahora, como intendente, la valoración es positiva. “Hace, se involucra, pregunta. Hay que darle tiempo pero está haciendo cosas interesantes”, reconoció un empresario con buen diálogo con la administración Llaryora.
Aunque incipiente, asoma un hecho clave entre los hombres y mujeres de negocio pero del que por ahora, al menos, no se habla: qué equipo acompañaría a Llaryora en un eventual mandato como gobernador. “Ahora está todo muy aceitado, tenemos diálogo con todos los ministros y nos escuchan. Si es Llaryora, no tengo dudas de que tiene que haber continuidad”, sostuvo una empresaria quien añade: “Si gana Llaryora, más allá de la impronta que debe darle a su gobierno, tiene que mantener un sello del estilo Schiaretti”. Se verá.
Juez, una incógnita.
Si la consulta se centra en el líder del Frente Cívico como hipotético dueño del despacho principal de El Panal, los empresarios hacen una pausa antes de responder.
En esta carrera, Juez larga algunos casilleros atrás de Llaryora. Dos son las cuestiones que remarcan los empresarios sobre este punto: primero, su paso como intendente es calificado como “regular” (para algunos directamente fue malo); y en segundo orden destacan como una debilidad su principal fortaleza: plantarse frente al rival de turno (en este caso específico el Frente de Todos en general y Cristina Fernández de Kirchner en particular, en el Senado). “A Juez lo quiero siempre en un ámbito como el Senado, donde hay que dar la pelea”, dijo un empresario poniendo de manifiesto que en ese rol, el exintendente de Córdoba no tiene contraindicaciones.
A la hora de gestionar es cuando aparecen los problemas. “Es una incógnita Juez como gobernador”, señala otro empresario que mantuvo “varias discusiones” cuando el actual senador nacional ocupaba el Palacio 6 de Julio. “Era otra época y hay que reconocer que está haciendo un esfuerzo muy grande para acercarse”, completa el desarrollista.
Es cierto: en una visita a la Cámara de Comercio de Exterior, Juez dijo que aquellos funcionarios que hagan las cosas bien podrán seguir en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio”. La definición habla por sí sola y explica en gran medida los esfuerzos que está haciendo el integrante de JxC para acercarse al establishment, un sector que desconfía porque no lo conoce en profundidad.
El 10 de diciembre del 2023 Córdoba vivirá un cambio de época. Lo que siga desde ese momento, es una gran incógnita. Tanto, como el camino nacional que parece haber puesto en marcha el gobernador en el orden nacional y que está plagado de obstáculos, muchos de los cuales se originan en la absurda pelea del Presidente con su vice.