En la edición de marzo de este año, la publicación Harvard-Deusto Business Review aborda una investigación integral acerca de los llamados procesos de transformación digital (TD) y su impacto en el mundo de los negocios post covid, aceptando que este último término no se refiere de manera estricta al fin de la pandemia, sino a las consecuencias del aprendizaje forzoso en múltiples escenarios que debieron afrontar las organizaciones humanas.
Según la investigación, la mayoría de los directivos sigue poniendo el foco en la tecnología durante los procesos de transformación digital, sin prestar la suficiente atención a las percepciones que los empleados tienen sobre estos cambios. No identificar qué grupos de trabajadores están más o menos inclinados hacia la TD es un error que conviene evitar, siempre de acuerdo con la publicación.
Desde un recorrido que abarca literatura y experiencias, se desprende que los procesos de TD generalmente se encararon modificando primero los sistemas, luego los procesos, después la organización y las personas y, por último, la visión. Siguiendo a la publicación aludida esta es la fórmula infalible para el fracaso de cualquier transformación. Coincido plenamente con esta posición, ya que el camino debería ser exactamente el inverso: primero se comienza construyendo una visión clara e incorporando a la misma la transformación que se pretende emprender, a partir de allí contribuir a que los miembros de la organización cambien creencias y paradigmas. Luego llega el turno de la reformular la organización, los procesos y por última los sistemas y la tecnología. En resumen, la transformación digital no es un reto tecnológico, es un reto de gestión.
La transformación digital es una batalla de percepciones más que un desafío tecnológico. La cultura organizacional puede conspirar contra un proceso determinado por más que la tecnología a aplicar sea la adecuada. La velocidad, la duración, la intensidad y la extensión de la transformación son factores que afectarán de manera directa a todas las personas involucradas en el proceso.
Avanzar en la TD es la única opción posible para las organizaciones de cualquier naturaleza. Oponerse a ella es un pasaje directo a una lenta agonía, sin embargo, los directivos deben involucrar a sus empleados y sumar esta transformación a la visión de sus negocios. El foco ha cambiado y es el conocimiento la clave para competir y lograr sustentabilidad.