Por Eduardo Bocco. El peronismo controla las cuatro ciudades más grandes de la provincia: Córdoba capital, Río Cuarto, San Francisco y Villa María, que vota este domingo y donde tiene grandes chances de continuar en el poder.
Tanto Martín Llaryora como Juan Schiaretti quieren y se esfuerzan por revalidar títulos y esperan un triunfo del candidato del acuerdo justicialista, Eduardo Accastello. En la ciudad cabecera se presentarán 10 listas y sabido es que cuando la oposición está tan compartimentada, el oficialismo se frota las manos porque sabe que está a punto de disfrutar de un banquete.
El justicialismo apunta a mostrar la probable victoria como un trofeo para exhibirla con toda pompa en el último tramo de la campaña presidencial que tendrá su punto culmine el domingo 22 de octubre.
En Villa María las encuestas y la percepción social es coincidente: la lista peronista tiene ventajas y podría adjudicarse la victoria con cierta comodidad.
El principal opositor es el legislador Darío Capitani, un hombre de Juntos por el Cambio ligado en los inicios al macrismo puro. Hoy la imagen de este candidato no conmueve y en algunos sectores de JxC (especialmente del radicalismo) se lo da como ligado o en todo caso funcional al gobierno schiarettista.
Le enrostran haber sido uno de los integrantes del coro que se sumó con todo entusiasmo a respaldar el proyecto de ley que habilitó el polémico juego on line, que tuvo contundentes rechazos de un sector mayoritario de Juntos por el Cambio, de otras fuerzas políticas y de la Iglesia.
Ni Capitani ni los peronistas se inmutaron ante ese proyecto que también tuvo entre sus impulsores al legislador Orlando Arduh, hoy retirado de Juntos por el Cambio y sumado definitivamente al peronismo donde trabaja para captar dirigentes, legisladores e intendentes radicales.
Lo cierto es que Accastello está muy cerca del poder en su pago chico. Hoy es ministro de Producción y en su carrera política tuvo momentos buenos, regulares y de los otros, con sospechas de corrupción en el medio, como los casos de obras financiadas por un organismo que controlaba, el Eninder. También estuvo complicado con algunas irregularidades que rozaron el escándalo, como la financiación de una campaña electoral nacional y el hallazgo de una caja de seguridad con una importante suma en dólares que nunca se explicó bien de qué se trataba.
Pero, como tenía marcado en oro el gran Julio Grondona, “Tdo Pasa” y hoy Accastello está a las puertas de la victoria, favorecido sobre todo por la falta de un oponente importante. Insistimos: el candidato de Juntos por el Cambio tiene mala imagen y un desconocimiento que preocupa a un sector de la coalición. Los radicales reconocen que sus demoras y cavilaciones casi exasperantes llevaron a que ningún hombre del centenario partido encabece la nómina.
Los premios consuelo
Juntos por el Cambio tiene en su poder muchas localidades del interior, entre las cuales sobresalen Río Tercero, Bell Ville y Jesús María. Recordar que en Carlos Paz volvió a ganar un ex radical aliado al peronismo: Esteban Avilés, que regresó a la ciudad cabecera de Punilla luego de conducir la Agencia Córdoba Turismo
En Río Tercero, hace unas pocas semanas fue reelegido Marcos Ferrer, que ganó la elección de manera contundente.
Ferrer es hombre de la corriente Evolución y el alter ego de Rodrigo de Loredo. Ambos trabajan en estos días para lograr introducirse en la conducción del Comité Provincia de la UCR.
Tal vez la estrategia tenga que ver con colocar al frente a Ferrer, un ganador por goleada, antes que a De Loredo, quien sufrió una ruidosa e inesperada derrota en la ciudad de Córdoba a manos del peronista Daniel Passerini.
Ferrer tuvo que pagar un costo político extra la noche del festejo de su victoria electoral porque subió al palco de los triunfadores al binguero, expresidente de Boca y operador judicial Daniel Angelici, también acreedor de una parte de la torta del juego on line en la provincia.
Con todo, Ferrer surfeó las críticas y avanza con la idea de convertirse en uno de los ejes de la renovación que en algún momento tendrá que llegar al radicalismo, mal que les pese a la vieja dirigencia y a sus herederos.