Por Gabriel Silva
Mario Negri y Ramón Mestre ya hablaron de manera individual con Luis Juez. Y a esto, Rodrigo de Loredo, lo sabe. No solo que lo sabe, sospecha de un acuerdo en el tridente que afecte sus intenciones 2023 y lo terminen acorralando en el escenario electoral.
Los temores no terminan ahí, en el diálogo entre los radicales y el senador. Sino que también se extiende al PRO que, sin nombres taquilleros para la pelea provincial o municipal, terminen siendo juez y parte en un reparto que también perjudicaría al excandidato a intendente en 2019.
La jugada pasa por el rol tanto de Negri como de Mestre, dentro de la UCR. El primero, controla el partido con el presidente provincial, el también diputado Marcos Carasso; el segundo, maneja el congreso partidario, la herramienta que define las alianzas con otras fuerzas, y también tiene peso en una porción –minoritaria, por cierto- del foro de intendentes.
Además, los dos, tanto Negri como Mestre, se ven alejados de sus chances para ocupar candidaturas a cargos ejecutivos en el 2023. Y, por lo tanto, el diálogo con Juez pasa por otro lado: quieren asegurarse el respaldo del senador para las listas de diputados nacionales. Uno para continuar en la Cámara baja; el otro, para buscar renacer desde ahí.
Así de sencilla es la jugada que preocupa a De Loredo, quien llega a la negociación como el de mayor porcentaje en intención de voto de todo Juntos por el Cambio en la carrera por la intendencia. Pero, también como el radical más taquillero.
Negri, por su parte, mantuvo un encuentro con Juez. Compartieron una cena en las oficinas del exintendente en barrio Observatorio y en esa conversación Negri coló el nombre de su hijo, el concejal Juan, para dos posibles lugares: candidato a viceintendente o en la lista de legisladores provinciales.
Juez dijo lo mismo que sostiene con todos: hay lugar y tiene un solo casillero ocupado. El de él. Desde ahí, hacia abajo, hay lugares libres.
Mestre, en tanto, retomó las recorridas en la capital y esta vez lo hizo acompañado por su hermano Diego, dando muestras que parecen haber limado ciertas diferencias y amagan con un armado en la ciudad, ante cualquier eventualidad.
Sin embargo, como se dijo, no son las únicas conversaciones que inquietan a De Loredo. El entorno del diputado también observa al PRO y las charlas que tienen de manera individual con Juez. En realidad, este diálogo fraccionado, tampoco tiene tranquilo al senador.
Quiere a los amarillos unidos y negociando con todos en bloque, no de manera dividida.
Volviendo a las observaciones que hace el entorno de De Loredo, cerca del diputado saben que el PRO peleará por colar los dos ‘vices’, el provincial y el municipal. Y lo primero, sobre todo, choca contra los intereses de Marcos Ferrer, el intendente de Río Tercero y principal armador de De Loredo.
Ferrer quiere ser él quien acompañe a Juez y relegar al PRO -¿Laura Rodríguez Machado?- al primer lugar de la lista de legisladores provinciales. Oferta que no convence a ningún amarillo.
Así, con las piezas desparramadas, luce por ahora el rompecabezas de Juntos en Córdoba.