En una profunda crisis económica y con mucha incertidumbre sobre los cambios reales que podrá hacer el próximo gobierno argentino, las empresas del país prevén un 2024 complicado, con menos inversiones y menos rentabilidad para sus negocios. Los empresarios y empresarias se preparan para un periodo con mayor tensión política, pero dicen que son optimistas de mediano plazo.
En este contexto, la consultora EY Argentina, en conjunto con el Instituto Argentino de Finanzas (IAEF), presentó los resultados de la vigésima encuesta anual sobre la inversión y financiación con la participación de setenta de las principales empresas líderes de la Argentina.
Frente a un escenario de alta inflación e incertidumbre cambiaria, los ejecutivos de finanzas consultados esperan para el 2024 una desaceleración en el crecimiento de sus ventas y en la rentabilidad.
Si bien durante este año más del 60% aumentó sus ventas, apenas el 36% de las empresas consultadas logró mejorar su rentabilidad. Así, para el año que viene el 62% considera que sus ventas volverán a crecer, pero únicamente el 30% espera que su rentabilidad aumente.
Con respecto a las inversiones, los empresarios sostuvieron que decrecerán con respecto al 2023. Este año estuvieron enfocadas principalmente en activos fijos, incorporación de tecnología y aumento de capital de trabajo. Sin embargo, el 56% afirmó que estas inversiones no generaron la necesidad de nueva mano de obra.
“Las respuestas nos indican que la inflación y la inestabilidad económica genera una expectativa incierta a la hora de proyectar nuevas inversiones”, explicó Pablo De Gregorio, socio de EY Argentina.
Acerca de las fuentes de financiamiento que utilizaron los empresarios para sus proyectos, el 28% se autofinanció, el 23% lo hizo a través de los bancos y el 17% con los proveedores, el resto lo hizo con la casa matriz (15%), el mercado de capitales (10%) y entidades financieras del exterior (5%).
Los agronegocios, la energía y la expansión de la infraestructura continúan siendo los sectores con mayor potencial para impulsar el crecimiento y las exportaciones.
“El nuevo contexto geopolítico que enfrentamos tanto a nivel internacional como local es visto como una gran oportunidad, y parece haber consensos sobre lo que hay que cambiar para aprovecharlo”, agregó el socio de EY.
La simplificación tributaria y administrativa y un acuerdo gobierno-sindicato-empresas surgen como las principales acciones del Estado que los ejecutivos afirman que mejorarían la competitividad y facilitaría su plan de inversiones.
Sobre las medidas que podrían favorecer la confianza para decidir una inversión, los ejecutivos piden un plan económico claro y sustentable (32%), una política cambiaria estable (23%), una reforma tributaria que estimule la inversión (20%) principalmente.
Según Pablo De Gregorio “tenemos los recursos naturales y humanos que el mundo necesita, solo necesitamos pensar y actuar en red para lograr los consensos que nos permitan consolidar nuestro potencial en desarrollo concreto.”
En la encuesta nos manifestaron cuáles son las tendencias globales que los afectan para planificar una inversión y las principales respuestas fueron el avance de los populismos o nacionalismos extremos (32%) y el crecimiento de la pobreza y de la desigualdad en los países emergentes (21%).
En síntesis, el ejecutivo destacó “es necesario extender nuestras redes más allá de nuestra zona de confort, para que nos contengan a todos y nos permitan proponer nuevos espacios para nuestro crecimiento”.