Bertotto y Boglione, dedicada a la fabricación de tanques y de equipos para almacenamiento de líquidos y de sólidos a granel y Metalfor, enfocada en la producción de pulverizadoras, fertilizadoras y cosechadoras son dos empresas insignias en Marcos Juárez, una de las ciudades clave de la industria y el agro del país. Y María Rosa Miguel comanda, junto a Eduardo Borri, los destinos de ambas compañías.
“Bertotto y Metalfor al tener mercados diferentes han tenido diferentes situaciones este año. Bertotto provee equipamiento para muchas de las empresas que están trabajando en minería o en el yacimiento de Vaca Muerta. Cuando se mueven esas inversiones se mueve todo. Por el lado de Metalfor no fue tan bueno porque la sequía afectó mucho la demanda de maquinaria agrícola. A la sequía, que se prolongó más de la cuenta, se sumó una inestabilidad en las tasas de interés que tuvieron un encarecimiento. Eso retrasa la demanda porque lo que es maquinaria agrícola se mueve principalmente por los créditos”, explica la empresaria que forma parte de espacios como la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba y la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola.
-Sin crédito no podes vender.
-Sin crédito es muy complicado. Nosotros aumentamos 10 veces el financiamiento propio al cliente y esto lo pudimos hacer gracias a que ya hace unos cuantos años hemos iniciado el ejercicio del mercado de valores, hemos ido emitiendo ONs, fideicomisos y eso nos abrió la posibilidad de poder financiar a los clientes y sostener las ventas en niveles aceptables. Lo que fundamentalmente nos permitió financiar a los clientes fueron los fideicomisos financieros, gracias a eso pudimos sostener las ventas a niveles aceptables.
-¿Las crisis te van empujando a soluciones alternativas que no tenían?
-Lo importante es ser creativos en todo esto y no bajar los brazos. Los empresarios por ahí seguimos haciéndole frente a las crisis con creatividad, con optimismo, sabemos que siempre algo va a mejorar. Siempre estamos tratando de encontrarle el lado positivo a la situación y por lo menos en nuestro caso, seguimos para adelante buscando la forma de hacerle frente y entendiendo que es pasajero.
-¿Realmente es pasajero?, porque el país no crece desde el 2013.
-Si uno no pensara eso estaríamos viendo cómo reducir personal, reducir producción y no es lo que estamos haciendo. Uno siempre es optimista, y cuando decimos esto no esperamos grandes cambios pero sí esperamos una previsibilidad económica, un tipo de cambio previsible y en la posibilidad de generar divisas cuando tenemos que importar o las empresas multinacionales puedan fijar el retorno de sus inversiones al exterior, previsibilidad jurídica, etc. Son cuestiones de cualquier país normal, por eso decimos que somos optimistas, no esperamos grandes cambios, esperamos que de una vez por todas tengamos políticas de Estado y no políticas de gobierno. Las políticas de Estado son las que nos van a dar previsibilidad a los empresarios, en cambio las políticas de gobierno son cuatro años, y cuando pensás en una inversión cuatro años es muy corto plazo. El crecimiento del país se va a dar cuando entendamos esto.
-Bertotto Boglione es proveedor de equipos para la minería, trabajan para petroleras, ahí es clave la inversión extranjera directa. ¿Qué ven?
-Esas inversiones van a venir o van a crecer en la medida en que seamos previsibles, en la medida en que la empresa que viene a invertir a veinte años sepa cómo estará. En la industria petrolera hablamos muchísimo de Vaca Muerta, pero su desarrollo no llega al 10% y si haces un análisis de quiénes son las empresas que hoy están invirtiendo, la mayoría son empresas de capitales nacionales. Volviendo un poco a tu pregunta, si creemos que la situación va a cambiar, tenemos que creer, elegimos creer, eso nos hace seguir para adelante y seguir insistiendo, seguir desarrollando nuevos productos y nuevos procesos. No nos queda otra a los empresarios porque si no tenemos que cerrar el portón, poner la cadena y candado y dedicarnos a otra cosa.
-¿Cómo ven a la dirigencia política, sus discursos y prioridades?
-A nosotros como industriales nos parece que están en otra sintonía, que están tan alejados de lo que son las necesidades de la gente o de los industriales. Lo social también termina afectándonos a las empresas porque nuestra gente, nuestros colaboradores están en esta sociedad y la incertidumbre termina repercutiendo en su trabajo diario. Aun con trabajo también, cuando cobran su sueldo y no saben cuánto valor va a tener ese sueldo a fin de mes, genera mucha incertidumbre eso en la sociedad. Y todos más allá de su clase social, han tenido que restringir gastos y el que no, tuvo que resignar ahorros seguramente.
-¿Qué le dirías a la generación que viene, que aun con posibilidades de trabajo acá está mirando otros horizontes?
-Creo que ellos tienen que ser los que en cierta medida nos ayuden a crecer como nación, a dejar de lado las ideologías para pensar en que queremos ser como país, creo que Argentina es un buen país para vivir en el que tenemos la bendición de los recursos naturales para lo que hoy el mundo necesita, alimentos, energía, petróleo, tenemos talentos, capacidad productiva y no tenemos conflictos raciales ni religiosos. Depende de nosotros y de que maduremos como país para salir adelante. Hay que pensar entre todos el país que queremos.