Las medidas anunciadas la semana pasada por el ministro de Economía, Sergio Massa, fueron bien vistas y tuvieron una aceptación positiva por los mercados. Bajar el déficit fiscal, el fortalecimiento de reservas, el freno al financiamiento vía Banco Central y un plan para despejar necesidades inmediatas de fondeo con un canje voluntario de deuda, permitirían (a primera vista) reencauzar el rumbo económico de Argentina.
“Se anunciaron objetivos generales, es difícil no estar de acuerdo. No sorprendieron tanto los anuncios porque se esperaba que Massa vaya en esa dirección, pero estaba en duda de cuánto le iba a permitir el ala cristinista del gobierno avanzar con esas medidas”, es la definición de Ariel Barraud, director del Instituto de Economía de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Para el economista, en los anuncios del ministro hay diferentes pilares: el fiscal, el monetario, el cambiario y el de desarrollo social. “Sobre el pilar fiscal dijo que iba a mantener la meta del déficit fiscal del 2,5%. En cuanto a lo monetario dijo que el BCRA iba a dejar de financiar al Tesoro. Otro de los objetivos es dejar de perder las reservas y en cuanto a los social, reconvertir los planes asistenciales en planes de empleo. Son cuatro objetivos concretos sobre los que es difícil no estar de acuerdo, tanto oficialismo como oposición”, resumió Barraud y agregó: “el mercado y el resto de los argentino estamos más escépticos hasta que no veamos con qué medidas se van a buscar esos objetivos”.
“Cómo van a hacer para cumplir, a nivel nacional, con el déficit fiscal del 2,5% cuando los datos de la primera mitad de año muestran que los gastos crecieron por encima de los ingres
os, lo que nos lleva a un déficit primario del 3,5% o 4 % del producto”, cuestionó el economista y sigue: “el cambio en los subsidios tampoco va a permitir un ahorro fiscal muy grande durante lo que queda del año. Con todo el entusiasmo, tenes cuatro meses de ajuste de tarifas”.
Actualmente, Argentina tiene un grave problema de reservas internacionales, frente a los que se planteó como solución el acceso a un nuevo crédito internacional a través de nuevos prestamistas o algún fondo de inversión. “¿Quién estaría dispuesto a prestarnos plata? ¿Cuánto? ¿a qué tasa? la tasa sería altísima porque Argentina tiene un grave problema de credibilidad internacional que se ve reflejado en el riego país”, dice Barraud.
Otra arista que entorpece a la economía del país es la falta de confianza que hay en la moneda argentina, “esto deriva en que diferentes agentes económicos buscan cubrirse a través de la compra de dólares y eso te vacía las reservas. En los últimos día el BCRA perdió reservas por casi US$1000 millones”.
“Algunos detalles de la implementación chocan con la visión política del cristinismo, quienes no son fanáticos del ahorro fiscal, al contrario”, y agrega: “otro punto que estamos esperando es la definición del viceministro a cargo de definir las cuestiones macroeconómicas”.
Barraud considera que si los objetivos de Massa se cumplen, van a ver resultados de una estabilización económica en el corto plazo, “debería ser relativamente rápida”. “En la medida que no se vean los resultados, se va a ir haciendo más difícil la implantación de políticas de mayor ajuste. Deberíamos notar una estabilización tanto en la inflación como en el tipo de cambio de manera importante en septiembre”.
Hiperinflación sí, hiperinflación no
“Inicialmente estamos lejos de un tipo de crisis similar al 2001, los bancos están fortalecidos. Pero mientras no logren frenar la inflación, cada vez nos acercamos a niveles más altos. Las condiciones que pueden generar la aceleración de la inflación están a la vuelta de la esquina”, dice el economista.
Tales condiciones son las expectativas de los agentes económicos, el tipo de cambio y la velocidad de la circulación del dinero “que no es otra cosa que los argentinos que intentan no tener pesos en sus bolsillos. El que puede comprar divisas o se protege a través de bienes. En la medida que te acercas a los escenarios de inflación muy alta, te acercas más a la posibilidad de que un evento te dispare un nuevo aumento de precios, lo que te va llevando a valores que se pueden definir como hiper inflacionarios”, explica.
El escenario que se viene…
“Esperamos algunos cambios positivos, si las medidas se pueden implantar van a ser cambios que van a buscar un mayor ordenamiento de la economía en todos los sentidos. No se espera que la situación se de vuelta, pero probablemente se logre cumplir con los objetivos fijados, los mismos que están reflejados en las metas con el FMI. Estamos al filo de la navaja, cada día que pasa es más difícil pensar en el largo plazo”, finaliza.
Inflación anual cercana al 90%
“El cierre del año ya está jugado. No veo un freno fuerte porque venimos arrastrando precios que estaban pisados. En los últimos meses vamos a andar en una inflación del 5%, lo que nos va a llevar a un acumulado del 80% o 90%. El 2022 ya está jugado, hay que pensar en el 2023, un año eleccionario en donde van a buscar frenar los precios que impactan en los ingresos de los trabajadores”.