Año 2001. La crisis golpea fuerte a las empresas. Las del sector tecnológico no escapan a esa realidad pero, además, tienen que enfrentar problemas “externos”. El anuncio del desembarco de Motorola en Córdoba sacude al mercado del software local, que ante el temor de ser absorbidos por el gigante estadounidense deciden conformar un Cluster.
Hoy, Motorola no está en Córdoba y aquellas pymes que reaccionaron ante su llegada conforman uno de los sectores industriales más activos de la economía actual, y mejor aún con perspectivas de continuar la expansión por varios años más.
“El crecimiento que viene experimentando el sector del software -dos dígitos por año en la última década- no se da sólo en Córdoba y el país, es un fenómeno mundial”, dice Diego Casali, presidente del Córdoba Technology Cluster, entidad que surgió con las 10 pymes que lo fundaron y hoy pasaron a ser más de 300 empresas que ofrecen múltiples productos y servicios. El interior de Córdoba hace rato se sumó a la movida, ya que el Cluster también tiene sedes en Río Cuarto, Villa María y San Francisco.
El impacto de la industria del software y el hardware en Córdoba es notable. Uno de los más importantes tiene que ver con la cantidad de empleos que genera: según el Monitor TIC, que elaboran el Cluster y la consultora Economics Trends, 11.265 personas trabajan en las empresas que conforman uno de los ecosistemas tecnológicos más importantes del país. “Ese número no incluye a las multinacionales”, como Mercado Libre y McAffe, por ejemplo”, advierte el informe. Hoy, por caso, la empresa de Marcos Galperín emplea a casi 600 personas en esta plaza y la ex Intel cuenta con un plantel de 280 ingenieros.
Si bien los gigantes son los que aportan las inversiones (este año Mercado Libre adquirió a la empresa Machinalis y amplió su sede en Ciudad Empresaria) Casali se encarga de remarcar un punto que considera clave: “las empresas del Cluster no invertimos grandes sumas, pero 9 de cada 10 empleos son formales”, una diferencia sustancial con muchos sectores de la economía.
Salto cualitativo. Lejos de creer que hay un techo, en la industria trabajan para crecer exponencialmente en los próximos años. Casali lo define así: “hace más de 10 años que crecemos en empresas, empleo, facturación y recursos humanos. Esa tendencia va a seguir. Córdoba está en el momento de dar un salto cuantitativo y cualitativo”. ¿Qué implica eso? Cumplir las metas del Plan 2030 con el que vienen trabajando desde hace un par de años y que tiene como objetivo sumar 35.000 empleos y de esa manera llegar en ese año a los 50.000 trabajadores en la industria del software.
Como se mencionó, la industria se apoya en números para mostrar su robustez y permitirse fijar objetivos ambiciosos. Por caso, medida en pesos a valores corrientes, la facturación total de las empresas de software de Córdoba (sin las multinacionales) alcanzó durante el primer semestre de 2019 los $ 11.757 millones, un 93,8% por encima de los
$ 6.065 millones facturados durante el primer semestre de 2018.
En tanto, durante el primer semestre de este año se incrementó el porcentaje de la facturación de las empresas cordobesas de software generado por ventas a clientes en el exterior, desde el 15,1% y el 16% registrados durante primer y segundo trimestres de 2018, respectivamente, hasta el 22,9% y el 25% registrados durante primer y segundo trimestres de 2019, respectivamente, indica el Monitor TIC. El dato para destacar respecto a las exportaciones es que Córdoba muestra un buen nivel de avance en mercados regionales como Chile, Perú, Paraguay y Colombia, pero en los últimos años surgieron nuevos destinos, como Estados Unidos. En este aspecto, el Cluster ha tenido un rol protagónico, ya que el poder de lobby de la industria se logró durante los 15 años de ley de promoción del software que las exportaciones pasaran de US$ 200 millones a casi US$1.800 millones, de acuerdo a datos del Observatorio Permanente del Software y Servicios Informáticos (OPSSI).
Cuello de botella. Nada nuevo en este ítem. Todos los integrantes de la “Córdoba IT” aseguran que de contar con una mayor cantidad de profesionales el sector podría crecer a pasos más acelerados. Pero la industria va más rápido que la formación de los recursos humanos. Por ello, desde el CTC vienen implementando programas con las universidades públicas y privadas con el objetivo de que más jóvenes ingresen a carreras afines a la industria del soft y la electrónica. En ese sentido, destacan la creación del nodo y la diplomatura de Ciencia de Datos en conjunto con la Facultad de Astronomía, Matemática, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el trabajo conjunto con las universidades privadas, con el objetivo de generar más mano de obra. “Es indispensable. Necesitamos más recursos humanos y cada vez más especializados. Es una de las pocas industrias donde si un alumno se recibe, muy poco tiempo después puede estar trabajando. Y con un buen salario”, asegura Casali.
Consciente de la situación, el gobierno de Córdoba lanzó en octubre el Programa CLIP, una iniciativa de la Secretaría de Equidad y Promoción del Empleo, los ministerios de Educación, Industria, Comercio y Minería y el Cluster, con el objetivo de crear mil nuevas oportunidades de empleo y mejorar la competitividad de las empresas que desarrollan software en Córdoba, además de permitir elevar las habilidades y competencias de 400 trabajadores que actualmente se desempeñan en el sector.
Más reconversión, más negocios. La integración entre las empresas del CTC con otros sectores es una constante en la industria IT. Por ello, hace dos años desde la entidad implementan un programa denominado “Transformación Digital de Negocios”, junto a sectores tan diversos como el agro, la construcción, el metalmecánico, plásticos y maquinaria agrícola. ¿Cuáles son los objetivos? “Dos: apoyar a estos sectores que son fuertes y algunos de los cuales no la están pasando bien, para que vean cómo a través de la tecnología pueden surfear nuevas épocas, porque hay más competidores y la tecnología es clave. Es decir, ver cómo se puede mejorar la competitividad de los sectores. Y por otro lado, ayudar a las empresas tecnológicas que necesitan una reconversión, ya que muchas dependen de la venta de proyectos, de horas y no de valor agregado, justamente lo que les permite dar el salto de calidad”.
La electrónica muestra otra cara. El ecosistema tecnológico de Córdoba tiene su costado no tan positivo: las empresas de base electrónica y hardware, nucleadas en la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónica y de Comunicación del Centro de Argentina (Ciiecca), que cuenta con 100 empresas asociadas (muchas con más de 20 años de trayectoria) y que genera 2.500 puestos de trabajo. “Algunas empresas están haciendo un esfuerzo gigantesco para sostener el personal. La mayoría se debate entre mejorar su competitividad, incorporando tecnología, o concentrar el esfuerzo en pagar los sueldos”, resaltó Ricardo Ruival, presidente de la entidad. El complejo momento que se vive en el sector tiene que ver con los vaivenes del mercado interno. “La crisis nos pega de lleno”, remarca el empresario. De hecho, algunas firmas han registrado caídas de entre el 60% y el 70% en su facturación, ya que muchas dependen en un gran porcentaje del sector público. (DC)