A diferencia de lo que creían algunos hace un par de semanas, no hubo sorpresas en el
cierre de alianzas de cara las Legislativas en Córdoba. En Juntos por el Cambio, el
radicalismo, el PRO, el Frente Cívico y la Coalición Cívica quedaron adentro de la
coalición; y el schiarettismo logró fidelizar las sociedades y los acuerdos que había cerrado
en 2019.
Lo que viene, y que será materia más difícil en el arco opositor, es tratar de amalgamar
todas las piezas en busca de la unidad a la que se llegó, en principio, en Caba, para no tener que transitar una campaña feroz que condicione los vínculos a futuro.
En el caso del peronismo schiarettista, el acuerdo es más simple. Cada uno sabe el rol que
ocupa en su partido y cada fuerza también conoce su peso dentro de Hacemos por Córdoba.
Algo que se comprueba en la composición de los Ejecutivos –tanto en Provincia como en
Municipio-, y también en la Unicameral, con las bancas que quedaron en manos del PJ,
dentro de las 51 que ostenta el oficialismo provincial, y las que se tuvieron que repartir los
socios.
Sin sorpresas
Hace semanas, el PRO y la UCR, las dos fuerzas mayoritarias de la coalición, vienen
dialogando sobre el reglamento para sostener la alianza. Como lo contó Perfil Córdoba hace dos semanas, el principal interrogante para definir la disputa interna, es el porcentaje con que se debe superar las Paso.
Esto es: hoy se define que todos siguen dentro de la coalición, lo que resta saber es si habrá más de una lista o unidad. Y, si se cumple lo del primer paso, con qué porcentaje de votos se supera el umbral de las Primarias en septiembre. El número oscila entre el 20 y el 25% del caudal de votos y despeja el terreno de aspiraciones de porciones minoritarias dentro de los partidos; o, incluso, de fuerzas más chicas que se sumen a la Primaria.
“Va a ser difícil que el radicalismo llegue con opciones más aisladas y muy alejadas del
resto de la estructura como ocurrió otros años. Esto prevé que lleguemos todos unidos o
divididos en dos o tres listas fuertes. No más de eso”, reconoció a Punto a Punto un
dirigente que está al tanto de los acuerdos que se tejen en JxC.
Con Luis Juez y Gustavo Santos jugando como socios y mostrando casilleros aún por llenar
por debajo de ambos, los interrogantes pasan por el lado del radicalismo. Ni Mario Negri,
como así tampoco Rodrigo de Loredo están dispuestos a resignar sus chances. Menos aún
el exintendente Ramón Mestre, quien, desde el comando del congreso de la UCR, que
ejerce a través de Facundo Cortés Olmedo, se quedó con la lapicera del partido para sellar
alianzas con otras fuerzas.
El otro interrogante está en manos del PRO. Sobre todo, de aquellos que tienen la botonera
para cerrar con el resto de los espacios.
Van a prestar colaboración para que no se rompa la alianza. Más aún después del
antecedente reciente en La Pampa, cuando la estructura local osó desafiar a la conducción
nacional y bajó Patricia Bullrich para intervenir el partido. Terminarán adentro, pero tienen
que acordar los espacios para cada uno.
Detrás de Vigo
En el caso del peronismo cordobés, tampoco hubo sorpresas. No había margen para eso.
Por ello es que cerraron con el socialismo, el GEN y el resto de las fuerzas que entraron
como socias en 2019. En el caso del Partido Socialista, la aspiración ahora es sumar a un
candidato, que podría ser Esteban Avilés, el presidente de la Agencia Córdoba Turismo,
que tendrá un lugar en Diputados para enfrentar a Carlos Caserio en Punilla.
El caso del GEN tiene una particularidad. La referente del partido a nivel nacional,
Margarita Stolbizer, explora más un vínculo con el PRO larretista que con el PJ. A
diferencia de lo que ocurre en Córdoba, donde sus referentes locales se muestran cómodos
con Schiaretti, aunque sepan que no habrá casilleros para el partido en esta parada. La
intención es la apuesta a futuro y no quedar al margen en el 2023.