Las cadenas de electrodomésticos se unen en la angustia. Con una caída en las ventas que fue de 12% en 2018, que arrancó negativo en enero y cuya proyección seguiría esa tendencia para al menos finales de este mes, buscan atraer a los consumidores a sus locales para despabilar las ventas. Esto ocurre en un momento en que los precios de varias categorías aún se encuentran retrasados respecto del dólar. Pero la recesión es tan profunda que son pocos los que pueden aprovechar los beneficios de esa desactualización obligada.
La retracción de 2018 se hizo sentir, principalmente, en tecnología informática, que se redujo un 18%, seguido por pequeños electrodomésticos, cuyas ventas se contrajeron 16%, y en tercer lugar compartieron caída la telefonía y la línea blanca, con el 12%, según datos de la consultora Gfk.
Pese a esta caída la previsión de los analistas es que los precios de los distintos productos aumenten puesto que la mayoría no absorbió la fuerte devaluación que soportó el peso argentino el año pasado.
«El escenario es de mucha incertidumbre. Los precios van a seguir subiendo, todos fabrican menos, se ajustan y habrá menos mercadería en el mercado. Y esta previsión es así en tanto las cosas sigan con el dólar de enero porque si llega a saltar la situación va a ser otra», dijo Juan Ferlaino, de Gfk. La consulta se había efectuado antes de que el dólar volviera a transitar la senda de volatilidad que inició hace unos días.
Claro que si no hay demanda resulta difícil que haya un aumento de precios, por más que haya retraso en su actualización.
Desde la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE) pusieron el foco en las tres grandes categorías que se ensamblan en Tierra del Fuego, celulares, equipos de aire acondicionado y televisores, y reconocieron que hay un desfase en los precios de los productos que se ofrecen al público. Aunque también alertaron que no todo es lineal.
Vistos estos números, pareciera que hubiera margen para ajustar los precios hacia arriba. Pero vistos los vinculados con el consumo, pareciera que no fuera posible hacer acercamiento alguno con ese desfasaje.
Desde la organización de la movida comercial se limitaron a señalar que, entre este lunes y el miércoles 13, habrían descuentos de hasta 50% en productos seleccionados tanto en tiendas físicas como en virtuales, y financiación de hasta 24 cuotas. Claro que sobre este punto habrá que prestar mucha atención al interés.
Jugar entre las distintas variables no resulta sencillo. Menos ahora que el dólar ingresó en tiempo de volatilidad, escenario que prevalecerá por varios meses hacia adelante, según la previsión de distintos economistas.
Datos y contextos
La venta de electrodomésticos se incrementó 15,3% entre 2016 y 2017, según los datos de Gfk, y cayó 12% entre ese año y 2018. En facturación, en el primer lapso señalado, la cifra se incrementó 24,8%, mientras que fue de 21% en 2018 en términos generales.
El punto es que la economía de los argentinos, cuando tiene que atravesar un proceso de competitividad en el mismo sentido, decide ajustar por los bienes de consumo. Es lo que explica semejante caída.
El directivo de AFARTE admitió, sin embargo, que hay algún grado de atraso en la formación de precios de los electrodomésticos, tal como ocurre con otros conceptos, como los salarios, que también buscan acomodarse a la situación.
Pero aún cuando estas variables buscan su acomodamiento, admitió que «si no hay demanda ni financiación es difícil trasladar a precios» esos desfasajes en que se encuentra el mercado de electrónica en el país.
Y más difícil es cuando hay categorías abundantes en stock, como la de televisores.
Al ingresar en las páginas de cada una de las empresas que forman parte del ElectroFest varias de ellas ofrecen como primeras ofertas las vinculadas con los televisores. La otra categoría que aparece prioritaria es la de equipos de aire acondicionado.
Que se brinden descuentos de TV responde a un dato: hay 500.000 televisores en stock tanto entre los fabricantes como entre los comerciantes. Y esto ocurrió por efecto del segundo semestre de 2018 cuando, tras Rusia 2018, el impacto de la devaluación hizo trizas la intención de quienes no alcanzaron a renovar su aparato antes de ese acontecimiento.
Porque si la venta de televisores cayó sólo 2% en 2018 fue porque el primer semestre, de la mano de Mundial, traccionó lo previsto para ese entonces, pero el parate fue abrupto a partir de julio.
Que, a su vez, haya oferta en equipos de aire acondicionado, también responde a los stocks. En el segundo semestre de 2018 ya había insumo y personal disponible para su producción, consistente en 1,2 millón de unidades, 100.000 más que en 2017. El segmento arrastra una inercia que es mayor a lo que la fabricación en sí necesita.
De modo que, para aquellos que están en condiciones de comprar algún electrodoméstico, este parecería ser un buen momento, más allá del Electro Fest puntual que se extiende durante estos tres días.
Al menos en las tres categorías de mayor integración fueguina: televisores, equipos de aire acondicionado y celulares, tal como se dijo más arriba.
¿Qué pasó con los productos de tecnología informática, básicamente, computadoras de escritorio, notebooks y tablets, que cayeron 18% pese a que se quitaron impuestos internos y se tomaron diversas medidas tendientes a favorecer la incorporación de equipamiento de este tipo en las empresas?
Resultó difícil encontrar respuesta. Una computadora con una configuración lo suficientemente robusta como para que dure varios años no baja de los $30.000 y la escasez de financiación parecen atentar contra la posibilidad de acceder a una nueva o cambiar equipamiento.
El insumo que se importó para el ensamblado de equipos en Tierra del Fuego se adquirió antes del frenazo. Los costos de transferencia industriales tienen más que ver con los acuerdos salariales que la terminales realizaron con la UOM que con otras variables, más allá de que no se las pueda soslayar, pues luego hay un costo de reposición.
La industria fueguina acordó con la UOM tres incrementos de sueldo para ese 2019, de 24% total, a saber: 15% en marzo, 4% en julio y 5% en septiembre.
Las otras variables, que impactan principalmente sobre aquellos productos 100% importados, como los pequeños electrodomésticos, son los que más sufren la volatilidad del dólar. Sólo pensar que 2018 arrancó con un dólar a $39, los primeros días de marzo cruzó los $43, y por estos días oscila con alzas y bajas en los $42 es una muestra de lo dificultoso que resulta realizar pronósticos y aplicar aumentos, cuando la recesión arrecia.
Lo cierto es que las cadenas de electrodomésticos están sintiendo el impacto de la coyuntura económica, y van por estos tres días de descuentos y financiación. La estrategia pareciera responder a la necesidad de cerrar un primer trimestre menos pesimista a como viene el inicio del año.
Los consumidores serán los que tengan la última palabra. De su bolsillo depende aceptar ofertas, o dejarlas pasar.