Por Eduardo Bocco. “Creo que el ‘Gringo’ Schiaretti se equivoca porque está jugando a dos puntas. Osvaldo Giordano, su ministro de Finanzas, ya se muestra con Bullrich y Melconian, pero por otro lado la pareja de Giordano -Alejandra Torres- es candidata a diputada nacional por la lista del peronismo de Córdoba… Insisto: el gobernador juega a dos puntas”, indicó el diputado del Frente Todos por la Patria Eduardo Fernández, al sumarse al coro de dirigentes oficialistas que criticaron y critican en duros términos al gobernador saliente.
Desde la ciudad de Río Cuarto, la candidata presidencial Patricia Bullrich agregó más leña al fuego ya que le pidió a Schiaretti que baje su postulación y, además, chicaneó a Martín Llaryora: “Avísenle (al gobernador electo) que Giordano está con nosotros”.
Fernández se sumó al coro que comenzó con fuertes declaraciones en redes sociales de la legisladora justicialista de Deán Funes, Tania Kyshakevych, quien destrató al gobernador y le dijo, entre otras cosas que iba a “fundir” al peronismo de Córdoba.
Olga Riutort, titular del Pami local y dirigente enrolada ahora tras la candidatura de Sergio Massa escribió en Twitter (ahora llamado X): “Schiaretti es Bullrich”.
Lo cierto de todo esto es que Bullrich comenzaba a quedar relegada según las encuestas nacionales y trató de sacar un conejo de la galera al sumar al economista Carlos Melconian a su equipo. Además, el lunes último anunció los principales responsables de sus áreas de trabajo. Por ejemplo, mencionó a Federico Pinedo en política exterior y a Joaquín de la Torre en temas sociales.
Apuesta todas sus fichas y espera un resurgir con esta jugada que le diseñó su consultor en comunicación política, el salteño Derek Hampton, quien fue alumno de Jaime Durán Barba pero no se considera su discípulo.
Hoy, en Córdoba, la dirigente del PRO apuesta a morderle votos a Schiaretti (poco menos de 600 mil sufragios) para engordar sus chances y apelando al llamado voto útil.
Deberá pasar una barrera que le pondrá el peronismo provincial: la militancia territorial o casa por casa que pregonan tanto Schiaretti como Llaryora. Con ese método dieron vuelta la elección municipal en julio pasado y llevaron a la victoria a Daniel Passerini, relegando al radical Rodrigo de Loredo.
Esa es una de las apuestas centrales de Schiaretti, quien además buscará votos en Mendoza, Santa Fe, La Rioja y San Luis, provincias en las que recibió buenos votos en las Paso. También jugará fuerte en el debate presidencial previsto para el 1º de octubre, en la ciudad de Santiago del Estero. Cree que en un cara a cara con los otros cuatro candidatos presidenciales saldrá fortalecido.
Nadie habla de Milei
Schiaretti y Bullrich reman para avanzar y la representante de Juntos por el Cambio insiste con pedir el paso al costado del cordobés, pero nada dicen de Milei. La confianza en que no crecerá pasa por la creencia que dice que como no tiene estructura, perderá fuerza al no poder fiscalizar la elección. Un error.
Hay algo que la clase dirigente debe aprender: Milei no siempre hace lo que grita en los palcos de campaña o en los estudios de canales de televisión. Ahora, fuentes de su sector reconocieron que está hablando con dirigentes de la política tradicional, en su mayoría peronistas, para conformar una estructura. Son casi todos referentes desplazados pero con trayectoria y experiencia. Con ellos intentará fortificar su base. Y también iniciará recorridas por el interior del país, especialmente por las provincias en las que logró un resultado inesperado. Ejemplo: Córdoba.
Aquí está invitado a un panel con Bullrich y Massa, organizado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC) para el jueves 14 de setiembre. Si vienen los tres, será sin dudas uno de los platos fuertes de la campaña. De todos modos, no hay ningún tipo de confirmación.
Bullrich quiere sacar más de 32 puntos, lo que la pondría en el balotaje, mientras que Milei le retruca ya que dice que sacará más de los 45 puntos que exige la ley para definir la elección en primera vuelta.
El fin de semana, en Tucumán, Massa juntará la tropa de todo el país en Tucumán para bajar línea y pedir esfuerzo durante la campaña. “Ya me tocaron el culo en las Paso porque muy pocos laburaron. Ahora apretaré el acelerador para que se sumen en serio. No hay otra para ganar”, repite el ministro de Economía ante quien quiera escucharlo.
Todos llevan agua para su molino.
El taliban hace agua juntandose con la casta .