Cuando hace algunas décadas Savant comenzaba a crecer, a gestar inversiones y a levantar su perfil siempre llamó la atención la confianza y seguridad con que su fundador, Mauro Bono, desplegaba planes y proyecciones de crecimiento a mediano y largo plazo. Sonaba casi a ciencia ficción, pero era muy probable encontrarse con el fundador de la compañía hablando de dónde quería estar y cuando facturar en 2015, 2020, pese a que la entrevista se hacía en 2008.
Primero fueron las inversiones de ampliación en El Tío, luego la progresiva expansión hacia mercados internacionales, la incorporación permanente de tecnología e inversión en I+D. Paso a paso, las proyecciones de crecimiento se fueron alcanzando. Hoy, el presente de Savant es tanto o más prometedor como lo exponía Bono en sus proyecciones hace un par de décadas atrás. Así se explica, por caso, que la empresa esté embarcada en un fuerte plan de inversión de US$20 millones para contar con una nueva planta productiva en España.
“Aún tenemos oportunidad en mejorar nuestra posición en el sector farmacéutico, nos enfocamos en los productos OTC (Over The Counter), que son los de venta libre. Estos medicamentos tienen un gran potencial de crecimiento, y por eso apostamos por nuestras cuatro marcas principales: Fabogesic, Fluorogel, Tostop y Gripaben. Los productos de SAVANT cementado sobre nuestra innovación constante, tienen ventajas competitivas y de diferenciación para lograr este objetivo y, además, somos el único laboratorio de Argentina que tiene producción propia de sus cápsulas blandas, sobre una tecnología de última generación”, detalla Pablo Tristany, gerente General de Savant.
-¿Qué les preocupa de la macro y cómo trabajan en este contexto?
-Nos preocupan diversos factores, incluyendo la estabilidad de la moneda, la incertidumbre jurídica y los costos y plazos de financiación. Además, es probable que debamos enfrentarnos nuevamente a una inflación en constante aumento y posibles restricciones en el suministro de materias primas. En este contexto, es imperativo que mantengamos un estándar elevado de eficiencia en todas las áreas. Nuestra competitividad con el objetivo de lograr buenos resultados seguirá dependiendo de la capacidad y habilidad para optimizar los recursos y los procesos, tanto en el ámbito de producción como en el ámbito económico y financiero.