Durante los primeros días de septiembre, clínicas y sanatorios privados de Córdoba anunciaron la implementación de un copago para pacientes con obra social. Se trataría de una medida excepcional a raíz de un reclamo sostenido de los profesionales de la salud.
La aplicación de los copagos fue desigual en los sanatorios y clínicas de la capital. Su implementación comenzó en una reconocida institución de barrio General Paz donde se cobró $3.000 únicamente por las consultas médicas ambulatorias. Luego se extendió a otros nosocomios de la capital y el interior.
Sin embargo, no cuenta con una regulación, por lo que su implementación es desigual. No todos los pacientes deben pagarlo, hay instituciones que extienden este copago a otros estudios más complejos y el monto también varía, con prestadores que solicitan un pago superior a los $3.000.
Frente a este escenario, Ignacio Escuti, presidente de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la Provincia de Córdoba (Aclisa), explicó: “luego de las PASO, donde hubo una fuerte devaluación y alza en los precios de los insumos, se consensuó entre todas las clínicas la implementación de un copago. Ya veníamos desfinanciados y con negociaciones con las obras sociales, al no obtener una respuestas se determinó que la mejor forma de poder subsistir era la implementación de un copago para distintas prácticas”.
Seguidamente planteó que “es un bono de emergencia hasta que las obras sociales reconozcan el valor verdadero de las prestaciones”, en tanto, señaló que también es una problemática las demoras en los pagos. “Una vez que lo hacen, esos montos quedan muy por debajo de su valor real”, reclamó el profesional y explicó: “la inflación en insumos médicos fue promedio del 40%, si te pagan hoy pero cobras recién en cuatro meses, perdiste un 120%”.
“El cobro de un copago hoy nos permite tener fondos para pagar los insumos. Si no hay fondos ni insumos, el camino es cerrar. El escenario es oscuro y problemático”, alertó el presidente de ACLISA.
“Nos preocupa la actitud del APROSS que mira para el costado cuando es la obra social más importante de Córdoba, con el resto de financiadores también tuvimos diálogo y ahora están empezando a ver que nos van a tener que responder con una solución. La actividad es muy compleja, requiere de mucha gente involucrada, insumo con costos en dólares y equipamientos muy costosos”, dijo Escuti.
Para Escuti, el problema tiene que ver con la coyuntura del país y con la mala distribución de la recaudación: “Hay situaciones de Argentina que no se pueden prever y complican la situación económica de todos los sectores. Por otra parte, los fondos que recaudan las obras sociales no vuelvan al sistema de salud. Hay gastos que no se explican y otros que no corresponden, pero el dinero que se recauda no llega ni a prestadores ni médicos, que son los pilares principales del sistema de salud”.
Finalmente, reconoció que “PAMI hace tres años que viene con una política de acompañamiento al sector privado y hoy es el sostén de todas las clínicas que trabajan con obras sociales”, reconoció.