El fantasma de la sequía sigue acechando a los productores del campo quienes se encuentran “preocupados y expectantes” por lo que vaya a suceder durante la nueva temporada de siembra y posterior cosecha.
La sequía del ciclo 2022/23, la más reciente, fue, sin lugar a dudas, la más intensa y devastadora de todas. Sus efectos se sintieron con fuerza en la región central del país y las cifras resultan desoladoras. Las pérdidas por la sequía en Córdoba rondan los US$5000 millones, lo que equivale a dos años y medio de venta de maquinaria agrícola en el país.
De cara al inicio de un nuevo ciclo (2023/24), Eduardo Riera, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, asegura que el sector está “preocupado” tanto desde lo político como desde lo climático: “si acá no llueve no hay mucho para hacer. Estamos a la espera para arrancar a sembrar, pero los requerimientos hídricos no están completos”, planteó y agregó: “hasta que no llueva todos los pronósticos son de incertidumbre”.
Una de las áreas más afectadas es la zona norte de la provincia, donde la situación desfavorable llevó a diferentes productores a deshacerse y vender sus animales.
Se esperaba que las expectativas fueran positivas por el inicio del fenómeno de El Niño (que en esta región del mundo genera lluvias por encima de lo normal), pero la realidad es que el campo cordobés atraviesa la misma situación, o peor, que el año pasado: “hoy no cambió nada, no llovió y si no llueve la crisis va a ser peor que el año pasado”, dijo Riera.
Consultado sobre el faltante de nafta a nivel nacional, Riera manifestó: “al igual que otras zonas productivas de nuestro país, la región Centro/Norte de la provincia de Córdoba depende de una provisión organizada y continua de combustible. Situaciones como la que estamos atravesando son producto del descalabro económico y administrativo provocado por el gobierno nacional, que una vez más asfixia y encarece el sector de los combustibles.
Y siguió: “esta problemática, que afecta a toda la Argentina por igual, es una muestra más de cómo el oficialismo está reorganizando sus movimientos, desde los referidos a la producción hasta los de cada familia”.
-¿Qué necesita hoy el campo?
– Reglas claras, previsibilidad y agua. Necesitamos motorizar la producción y el trabajo genuino para salir de este desastre. Pedimos que nos dejen trabajar sin palos en la rueda, con reglas claras, previsibilidad a corto, mediano y largo plazo, sin asfixia impositiva y pensando en un desarrollo integral.
-¿Cómo está el humor del empresariado?
-Hoy el humor del empresario no está nada bien. Hay mucha incertidumbre por lo que vaya a pasar. Estamos preocupados.
-¿Qué esperan de los resultados de las elecciones?
– Yo ya no sé qué esperar. No entiendo como un ministro de economía, con casi 200% de inflación, tenga el 36% de los votos.
– ¿El empresario le perdió el miedo a la figura de Javier Milei?
– Hoy se escucha de todo, no sé si se perdió el miedo o no, pero en el balotaje es blanco o negro y van a tener que definir. Votar en blanco no sirve y evidentemente la línea de acción del campo es contraria a la del gobierno actual. Como entidad no vamos a tomar partido, no corresponde.