Por Eduardo Bocco. Comenzó un nuevo relanzamiento de la campaña presidencial de Patricia Bullrich, luego de lo que fue la presentación de Carlos Melconian como economista jefe de Juntos por el Cambio y futuro ministro si la coalición opositora gana la elección de octubre o bien la de noviembre.
La presentación del tridente cordobés es un nuevo desafío, ya que sus integrantes transitan por caminos diferentes o al menos se han independizado. Luis Juez, Mario Negri y Rodrigo de Loredo volvieron a sentarse para trabajar en un plan común porque la circunstancia obliga.
Bullrich había aceptado la sugerencia de Emilio Monzó de poner a Nicolás Massot como coordinador en Córdoba, pero éste asumió sólo un rol parcial y adujo que es candidato en la provincia de Buenos Aires, por lo que carece del tiempo necesario para asumir una responsabilidad de esta magnitud. Propuso al tridente y Bullrich lo compró de inmediato. Los cordobeses no pusieron reparos y se sentaron a la mesa de diseño.
Sin embargo, hay antiguas diferencias entre ellos, especialmente entre Juez y De Loredo porque las cosas no quedaron del todo bien después de los procesos electorales de la provincia y la ciudad de Córdoba.
En público, Juez rezonga por la feroz interna entre Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta y el acercamiento del alcalde porteño a Juan Schiaretti. Lo primero tiene impacto en los comicios presidenciales y lo segundo lo golpeó en la elección provincial, según la opinión del senador.
En privado, se queja porque considera que él tuvo un discurso y De Loredo otro. Protesta porque en los últimos 20 días de campaña él iba al interior y el candidato a intendente recorría Capital ofreciendo manzanas a quienes lo escuchaban. Eso caló hondo. Obviamente que está convencido de que si el radical hubiese sido su compañero de fórmula, él sería gobernador electo. Eso no lo dirá en estos días, pero su pensamiento pasa por ahí.
De Loredo, en tanto, se paseó con el caballo del comisario, festejó por adelantado y mordió el polvo de la derrota. Y salió del centro de la escena.
Se sientan a trabajar juntos y con un objetivo claro: recuperar para Bullrich los votos que se perdieron en el camino, entre la elección del 25 de junio y las de intendente de Córdoba. En total, fueron algo más de 300 mil sufragios. Si lo consiguieran, habrían cumplido una meta singular: Juntos por el Cambio tendría uno o dos diputados nacionales más, lo que no es poca cosa. Y lógicamente Bullrich juntaría para su canasta votos imprescindibles para llegar al balotaje.
En tanto, Mario Negri está jugando otro partido, que se desarrolla en el Congreso nacional. En los últimos días se alineó con la candidata presidencial para rechazar casi ferozmente los cambios en el impuesto a las ganancias. Dio una batalla especial con ese tema, lo que de alguna manera lo aleja de la faz operativa de la campaña
presidencial en Córdoba.
Pero de una u otra manera, Bullrich va aunque las encuestas no le digan lo que quiere escuchar. En los últimos días, trascendieron tres sondeos de los cuales dos indican que no llegará a la segunda vuelta electoral. Las consultoras Opina Argentina y Tendencias relegan a Juntos por el Cambio a un tercer lugar, lo que quieren decir que si hay segunda vuelta la disputarían Javier Milei y Sergio Massa.
El tercer estudio es de Federico González y Asociados y pronostica que Bullrich y Massa están peleando el segundo lugar, detrás de Milei.
Para reforzar las chances de Patricia también volvió a Córdoba Mauricio Macri, con una agenda de dos días. Hoy, el presidente no es el hombre invencible que fue hace unos años, pero mantiene un gran ascendiente en diversos puntos de la provincia.
La ex ministra de Seguridad de la Nación volverá a la provincia y también lo harán los otros candidatos. Para ir confirmando posicionamientos, le pegó duro a Massa y en menor medida a Milei. Lo que pasó casi inadvertido fue que casi no nombró a Scharetti, a quien le había pedido hace unos días que resignara su candidatura. Advertida del ruido que causaron sus declaraciones, levantó el pie del acelerador.
Falta un mes para la elección, comienza ahora el partido por los puntos. Y es en serio.