En el marco del desayuno de coyuntura de Punto a Punto, el economista Gastón Utrera, de la consultora Economic Trends, brindó un análisis de la economía pos elecciones ante referentes del ámbito empresarial.
Respecto al crecimiento de la economía, Utrera adelantó: “Este año seguramente cerrará con un crecimiento de entre 3% y 3.5% en las estadísticas privadas (IGA-OJF) y entre 2.5% y 3.2% en las estadísticas oficiales de actividad económica (EMAE-INDEC). Es lo que surge de estimar piso y techo de crecimiento posible simulando estancamiento o continuidad del ritmo observado hasta ahora durante lo que resta del año”.
A su vez, Utrera apuntó que el año venidero seguramente arrancará con 1% de arrastre estadístico y confirmó que si la economía continuara creciendo aunque sea a la mitad del ritmo observado durante el último año, “en 2018 el crecimiento podría alcanzar cerca del 3%durante y rompería el maleficio de los últimos años, de caída en años no electorales”.
Desinflación lenta
En cuanto a la inflación, consideró que el mercado viene errando sistemáticamente con las expectativas de inflación. “A comienzos de año pronosticaba 19.5% para 2017, y hoy pronostica 22%, luego de subir sistemáticamente mes a mes. La inflación seguramente terminará el año por encima de ese nivel”, consideró.
El consultor evaluó que, al igual que durante este año, el próximo la inflación no bajará sólo con alta tasa de interés ni intentando coordinar expectativas sólo a través de metas de inflación. “De la única manera que podrá bajar un escalón es si el Gobierno logra coordinar menores aumentos salariales y moderación con aumentos de precios, aunque es difícil pensar algún mecanismo viable para el Gobierno con el cual pueda lograr esto último. Es muy probable que siga intentado con más de lo mismo, es decir, política monetarista, con lo cual el proceso de desinflación seguirá siendo muy lento”, aseveró.
Tasas de interés altas y dólar estable
Sobre el comportamiento de las tasas de interés de Letras y de Pases el consultor evaluó que seguramente se mantendrán por encima del 20% anual, mientras que el dólar difícilmente suba más del 13% o 15%. En ese sentido, consideró que las tasas de interés siguen altas por el esfuerzo anti-inflacionario con lógica monetarista y el dólar crece poco por tres motivos: por un lado, la tasa de interés en pesos alta, por otro lado, la colocación de deuda externa pública y, por último, por la colocación de deuda externa privada.“Todo esto hace sobrar dólares, lo que puede potenciarse por la confianza que generará en los inversores el seguro triunfo oficialista en la elección legislativa”, proyectó.
Política contractiva con atraso cambiario
Utrera consideró que el déficit fiscal genera atraso cambiario vía exceso de dólares financieros que trae el Gobierno, o vía altas tasas de interés para contrarrestar la compra de los dólares que trae el Gobierno, o vía altas tasas de interés si la duda se colocara en el mercado local en pesos.
Con ese marco, Utrera apuntó que “la política monetaria contractiva también genera atraso cambiario, por el atractivo que generan las altas tasas de interés para las colocaciones en pesos”.
La deuda y su encrucijada
El economista confirmó que la deuda pública está hoy en niveles de 2001: 51% en 2017 versus 46% del PBI en 2001, pero con intereses que representan hoy un porcentaje menor del PBI que entonces y un porcentaje menor de los recursos tributarios destinados a pago de intereses (9% en 2017 vs 20% en 2001).
Sobre esto, retomó la advertencia de Carmen Reinhart (experta en crisis financieras que estuvo en Argentina hace pocos días): la deuda que hoy parece baja, puede pasar a ser alta si hay salida brusca del atraso cambiario. De todos modos, evaluó que la deuda pública no es hoy un problema para preocuparse demasiado.
Competitividad atada a las reformas venideras
¿Qué escenario se tiene que dar para un proceso sostenido de inversión? se preguntó Utrera: un rumbo económico atractivo para las inversiones, perspectivas razonables de continuidad política para sostener ese rumbo económico, señales de que el Gobierno tiene mínimamente dominada la macroeconomía y condiciones de competitividad.
En cuanto a la temática, evaluó: “El año pasado, cuando el Gobierno se sorprendía por el bajo nivel de inversiones, lejos de lo que esperaba originalmente, sólo se cumplía la primera condición. El resultado de la elección legislativa puede lograr que se cumpla la segunda condición, y la macroeconomía de este año ya salió de las dificultades del año pasado, sin aceleramiento de la inflación ni caída de la actividad económica”.
Sin embargo, consideró que las condiciones de competitividad todavía no se dan “por combinación de atraso cambiario y demasiado sobrecosto interno sumado a presión tributaria elevada, entre otros factores”. Ante este contexto destacó la importancia de una reforma tributaria y laboral.
Sobre la Reforma tributaria, Utrera consideró: “Choca contra el objetivo de reducir el déficit fiscal. Una forma de compatibilizar ambos objetivos es blanqueando la economía, para que los recursos tributarios adicionales sirvan para bajar la presión sobre quienes ya están en blanco. Pensando en términos macroeconómicos eso es difícil de lograr, pensar a nivel sectorial puede ser más productivo”, reflexionó.
En ese sentido, ejemplificó: “En el sector de la construcción en Córdoba, hay 70 mil asalariados, de los cuales 25,000 están en blanco y 45,000 en negro, y el 63% de estos últimos están en empresas de cinco o menos empleados. En la Nación las proporciones son similares. Trabajar sobre este segmento en negro podría permitir bajar la presión sobre los que están en blanco. El mismo análisis podría hacerse en cada sector de actividad”.