Con el retiro del paquete fiscal de la Ley Ómnibus, el gobierno de Javier Milei sufrió la primera derrota de su plan económico. Ahora deberá mostrar un nuevo plan que le permita lograr un equilibrio fiscal duradero. La semana arrancó con la mirada puesta en el Congreso y en la reacción del gobierno ante el primer traspié político, mientras que en el plano económico se destaca la última licitación del Bopreal, la recaudación de enero y las primeras estimaciones privadas de inflación de enero.
En este marco de incertidumbre, donde las negociaciones son fundamentales y el escenario se modifica minuto a minuto, los economistas José Simonella, Diego Dequino y Patricio Canalis ofrecieron su visión sobre la coyuntura actual, poniendo énfasis en la pata fiscal, la inflación y la recesión que sufrirá el país en los próximos meses.
Actividad, consumo e inflación
Todo indica que el índice del 2023 terminará con una caída de entre 1,5 y 2 puntos del PBI, devolviendo a la economía a valores similares a 2021, apenas superada la pandemia. Durante el primer semestre del 2024 se profundizará esa tendencia por los ajustes de precios relativos sin anestesia (dólar, tarifas, quitas de subsidios, combustibles, etc).
“Si durante el segundo semestre del 2024 la economía no comienza a crecer, el resultado económico en 20 meses entre 2023 y 2024 serán casi equivalentes a la caída ocurrida en 14 meses entre 2001 y 2002”, aseguró Diego Dequino, de la consultora CEESyT.
Y agregó: “en marzo o abril hay una marca importante a prestar atención. Si la brecha cambiaria se mantiene chica y la inflación baja fuerte (acercándose a 1 dígito mensual), se mostraría que el Gobierno puede ‘domar el potro’ de la nominalidad de los precios. Ahí se darían señales para que la economía arranque”.
Para Patricio Canalis, economista de IDESA, la estrategia del gobierno es licuar todos los pasivos del Banco Central, que haya menos dinero en la calle y que esa fórmula lleve a una recesión con una contracción en el consumo. Se apela a bajar la inflación reduciendo el consumo.
“Durante los primeros meses, el objetivo es acomodar los precios relativos que venían atrasados hace muchos años. Antes de comenzar un plan de estabilización de la inflación hay que acomodar los precios relativos, lo que en principio genera más inflación. El primer efecto es una alta inflación y luego tienda a estabilizarse. Se espera un año complicado, pero con la retracción del consumo es probable que en marzo comience la baja inflacionaria”, explicó Canalis.
Por su parte, José Simonella planteó que “hay un trípode de incertidumbre que golpea a todos los sectores económicos: por un lado, la falta de definición sobre el esquema fiscal preocupa a las empresas; por otra parte, la política antiinflacionaria que no arranca y afecta a las familias y, finalmente, al comex le genera gran inquietud el tipo de cambio y el acceso a la divisa”.
En ese sentido, dijo que “el primer cuatrimestre va a ser de una recesión importante por consecuencia de la caída del consumo. La actividad se va a resentir de forma importante. La inflación va a estar complicada durante los próximos meses. Hay que prestarle atención a la cuestión social que viene estresada por muchos años de ajustes y que ahora se profundizan aún más. Hoy, no están dadas las condiciones para que la inflación baje”.
Ley ómnibus y capítulo fiscal: posibles escenarios
Si bien es difícil prever el impacto respecto del cambio en el proyecto de ley en materia del capítulo fiscal, Dequino realiza dos razonamientos. Desde el punto de vista de las expectativas, al frenar la suba de impuestos, en especial lo relativo a retenciones, la ley tal cual quedaría por el momento se aproxima más a aquello que el presidente Milei prometía cuando era candidato e incluso hasta días antes de asumir: “bajar impuestos, quitar presión fiscal y retirar al Estado de la vida de los particulares”.
Desde el punto de vista económico, el problema principal de la Argentina es la inflación. Resolverlo, o al menos comprimirlo fuertemente, permitiría que el PBI comience a crecer y por ende la recaudación. “Comprimir la inflación puede ocurrir incluso con un déficit fiscal que comience a cerrarse acompañado con al menos un rebote de la actividad económica, ya que ambos efectos combinados aumentarán la confianza de la gente sobre nuestra moneda (mayor demanda de dinero que hoy es ínfima), porque nadie espera ni que pasemos de un día para otro a déficit cero y que eso a su vez automáticamente baje la inflación”, planteó el economista.
El paquete fiscal representaba aproximadamente entre el 1,5% y 1,7% del PBI, entre 5 a 7 mil millones de dólares para el 2024. De ello, aproximadamente un 50% eran retenciones, el 20% en ganancias y otro 30% fórmula previsional.
“Al no haber retenciones extras, el tipo de cambio oficial tiene más margen para aguantar de forma competitiva para que se sigan liquidando saldos de exportaciones del agro, y deja también a la industria con sus planes intactos porque reclamaban que 15% de retenciones los dejaban fuera de mercado”, explicó Dequino.
En cuanto a Ganancias y jubilaciones, la inflación muy alta seguirá ayudando en la tarea sucia de cerrar las cuentas fiscales. “El paquete de Ganancias tendrá algún tipo de compensación en demanda de consumo porque será dinero que no se les sacará a los trabajadores que lo pagaban, también en paz social y probablemente el gobierno comience a buscar opciones para pisar la actualización del mínimo no imponible. En el caso de los jubilados, si se mantiene la fórmula vigente, seguirán perdiendo contra la inflación mientras ésta siga muy alta y por encima de las actualizaciones de salarios, con lo cual hay un efecto de arrastre de la fórmula dañino sobre las jubilaciones qué, pero aporta al cierre de la ecuación fiscal”, añadió.
¿Qué pasa si se concreta la amenaza de Milei a los gobernadores?
En el caso de las provincias grandes, cómo Córdoba y Santa Fe, la recaudación propia es alta en términos relativos: aproximadamente el 40% de sus recursos son por recaudación propia. Los municipios tienen, en general, recaudaciones propias que representan entre el 50% y el 66% de sus recursos; se trata de economías de escala que les permite afrontar costos unitarios más bajos en materia de infraestructura y servicios públicos. Los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) son irrelevantes para estas provincias y suelen ser más significativos para los municipios que reciben algunas veces aportes del gobierno nacional por ese mecanismo.
“Lo que sí tiene implicancias importantes es el giro de la economía y la coparticipación automática, ganancias e IVA. Si la actividad económica se resiente, estas provincias sufrirán en sus recursos girados por la Nación. En el caso de las retenciones no se coparticipan con lo cual esa es una fuente de recursos para la Nación que es asimétrica (no la reciben) para las provincias como Córdoba y Santa Fe, que son las que aportan con su producción de forma principal a este impuesto”, explica Dequino.
El otro aspecto que daña las arcas de estas provincias es “la falta de correspondencia por parte de la Nación con el financiamiento al déficit de sus cajas previsionales no transferidas, debido a que al estatizarse el sistema de AFJP la Nación se apropió de recursos de IVA y Ganancias que eran originalmente de las provincias, al margen que nunca coparticipó ni las rentas ni el propio patrimonio constituido por las AFJP una vez que fueron estatizadas en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) bajo tutela de la ANSeS”, agregó.
“Para Milei el déficit cero no es negociable y lo que van a hacer es recortar los envíos discrecionales a las provincias y eso va a traer graves consecuencias ya que son proveedoras de seguridad, salud y educación. Lo primero que puede pasar tras esa desfinanciación es un aumento de impuestos para compensar la caída de transferencias por parte de Nación”, considera Canalis.
“Intuimos que en algún momento van a volver a negociar o hablar del paquete fiscal porque sino no le cierran los números al Estado. La jugada del ministro (Luis) Caputo fue para mostrar a los gobernadores que se puede complicar aún más si el ajuste viene por la reducción de gasto a las provincias, que se van a resentir. Hay una pulseada de poder constante, hay que esperar y ver si se vuelve a tratar el paquete fiscal”, finalizó Simonella.