Por Eduardo Bocco. Javier Milei cumplió un mes en el sillón de Rivadavia y el módico aniversario lo encuentra con su vieja promesa de dar vuelta el país como una media, aunque dejó preguntas sin responder y espacios sin rellenar, además de demoras en el cumplimiento de algunas consignas.
De momento, la “casta” viene zafando, y los golpes más duros los recibieron, en trazó grueso, los de siempre o a los que los gobiernos suelen echar mano cada vez que tienen que meter un guantazo: el sector agropecuario y los jubilados, que están en una situación de riesgo, aunque el gobierno garantizó a todos los pasivos incrementos más acordes a la evolución del índice inflacionario. Bien, del dicho al hecho…
Cuando metió la fuerte devaluación, el ministro Luis “Toto” Caputo achicó la brecha cambiaria al 11% (llegó a ser mayor al 200%). Sin embargo, los soles y las lluvias de enero llegaron con un ascenso del dólar paralelo que no se detiene y hoy esa brecha ya trepa al 40%.
Abriendo el paraguas
Ningún pronóstico habla de freno, al menos por ahora, y si bien no hay por qué ser drásticos, es conveniente tomar precauciones. Abrir el paraguas no está de más, repiten operadores financieros.
En la desolada city porteña ya se empieza a hablar de cambios y desde los campamentos políticos y el propio Congreso de la Nación se conjetura con un eventual segundo gabinete para el segundo semestre del año en curso.
Los que defienden la hipótesis de las modificaciones consideran que las reformas tan virulentas llamadas de shock “pondrán a más del 50% de la población debajo de los límites de la pobreza”. Y esto presenta un riesgo para el gobierno. ¿Se puede contener la desesperación del ciudadano empobrecido, que navegaba con dificultad pero lo hacía en los mares de la clase media y ahora la crisis le dio en la línea de flotación y lo hundió?
La otra gran pregunta tiene que ver con el tiempo que se extenderá esta situación asfixiante. ¿Seis meses, un año, dos años?
Respuestas hay para todos los gustos y se pueden encontrar en los extremos de cada biblioteca. Pero a la teoría hay que confrontarla con los datos empíricos y allí se tendrá una idea más o menos clara de la situación para dar una respuesta racional. Y hablando de estas respuestas racionales, hay que decir que el presidente y la secretaria General de la Presidencia no siempre las dan. Por ejemplo, demoraron la mudanza a Olivos porque la hermana Karina exigió hacer antes una limpieza energética. Hay que recordar que la señorita profesa el tarotismo, lo que no está ni bien ni mal obviamente. Tampoco es una ofensa recordar el dato.
La reserva
Por lo pronto hay hombres y mujeres del PRO que presionan por ganar consideración y espacios. En esa fuerza, calificadísimos voceros sugieren que el propio Mauricio Macri cree que no ocupa los casilleros que merece dentro del elenco ministerial y por eso propone a Diego Santilli como ministro del Interior.
También esas fuentes indican que Patricia Bullrich buscaría un rápido ascenso en el marco de su alianza con Milei y anhela ser jefa de Gabinete en un eventual recambio ministerial para oxigenar la gestión, si es que hiciera falta.
En tanto, hay dos personajes centrales de esta gestión que no ocupan ningún cargo: Santiago Caputo y Adolfo Sturzenegger. ¿Son la reserva de Milei para cuando explote algún fusible? ¿Esperan en el banco por cualquier emergencia?
En principio, se trata de situaciones llamativas. Pero todo es reciente, hay que esperar y aguardar que los vahos de los inciensos hagan efecto y tranquilicen los ánimos.
Hay que esperar 45 años, para que seamos Irlanda , o sea que gran parte de lo que gozaran las mieles, aun no nacieron.