A las 3 de la mañana del lunes 26 y con el 91% de las mesas escrutada Martín LLaryora se encaminaba a ser elegido como el nuevo gobernador de Córdoba. El candidato de Hacemos Unidos por Córdoba se imponía con el 42,7% de los votos, por encima del 39.7% que cosechaba Luis Juez, el hombre de Juntos por el Cambio.
El triunfo estuvo muy lejos de lo inicialmente pensado por el oficialismo y pareció consolidarse recién entrada la madrugada. Por problemas de conectividad, en muchas escuelas el proceso de conteo y envío se realizó de forma manual. Eso habría generado serios problemas y dificultades a la hora de avanzar con el escrutinio de las mesas. A las 2 de la mañana todavía faltaba el 10% de las mesas, con una distancia entre los candidatos de menos del 3%.
En la previa, en el búnker de Llaryora se intentó instalar el escenario de un holgado triunfo. Cuando finalizó la votación a las 18, comenzó a hablarse de unavictoria que tendría un piso de entre 8% y 10% de distancia a favor del actual intendente de Córdoba. A las 18.21, uno de los primeros “adelantados” en hablar de resultados fue el legislador peronista Juan Manuel Cid. En su cuenta de Twitter escribió:
“Ganamos Córdoba!!! Ganamos por más de 10 puntos! Muchas gracias a todos los cordobeses por participar”.
@MartinLlaryora es el nuevo gobernador de Córdoba!
En tanto, en el espacio político de Juntos por el cambio procuraron instalar la idea de una pelea cabeza a cabeza, con una leve ventaja para Luis Juez, cercana a los dos puntos.
Confirmado el triunfo de Llaryora comienza así un nuevo ciclo político, luego de que pasaron 24 años en que José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti se alternaron en el poder, con 3 mandatos cada uno.
Mensaje de Llaroyra. A las dos de la mañana, y luego de dar una mensaje de agradecimiento y arenga a su gente Llayrora tuvo un breve encuentro con la prensa en el que dejó un fuerte mensaje a la dirigencia que lo precedió: «hay que agradecer a los que estuvieron antes, pero hoy comienza un nuevo ciclo. Se terminan los 24 años, ponemos el contador en cero. Con esta elección hay una generación que se retira», disparó.
La clara alusión a Schiaretti, a parte de su gabinete y a numerosos referentes del schiarettismo y del delasotismo fue difícil de disimular. Antes de subir al escenario Llaryora y Schiaretti dialogaron. No hubo gestos de felicidad y alegría en ese cruce.
En tanto, en el acto de la madrugada hablaron Myrian Prunotto y el propio Llaryora. Se esperaba la palabra del gobernador Schiaretti, pero no subió al escenario. Tampoco la senadora nacional Alejandra Vigo, quien siguió los discursos desde una oficina próxima.
«¿Por qué iba a hablar Schiaretti?, el candidato soy yo!», dijo Llaryora, cuando se le consultó por la ausencia de Schiaretti en el acto.
Resultados. Una primera lectura del triunfo es que buena parte del resultado se la puede auto adjudicar el propio Llaryora: ganó bien en la capital y en su ciudad de referencia, San Francisco. Quedó flotando la idea de que el esfuerzo del peronismos en otras plazas no fue el esperado.
Por otro lados, a la luz de los resultados la estrategia del peronismo de ofrecer una coalición más amplia y de sumar referentes y dirigentes de otros espacios políticos e incluso de la oposición aparece como una jugada táctica trascendental.
Cabe recordar que Myrian Prunotto, actual intendente en licencia de Estación Juárez Celman es una referente del radicalismo y se pasó al oficialismo provincial para ser la compañera de fórmula de Llaryora. En tanto, otros dirigentes de la oposición también “migraron” a lo largo de la campaña.
Los casos más resonantes fueron los del presidente del PRO Córdoba, Javier Pretto, el legislador Orlandor Arduh y el exintendente de Jesús María Gabriel Frizza.
Impacto local y nacional. Más allá de los matices y el perfil propio que intentará darle Llaryora a la gobernación y de la renovación generacional que supone, su victoria el dato político que puede generar un impacto de escala nacional es la capacidad que tuvo el peronismo cordobés para retener el poder.
Se trata de un triunfo importantísimo que tendrá varios efectos dominó:
-Comienza un nuevo período para la gestión de la Provincia, que no estará en manos de los «caudillos» que se instalaron en el poder desde 1999.
-Si bien Llaryora hizo una buena elección y se apoyó en muy buenos resultados en los departamentos capital y San Justo la oposición logró imponerse en una docena de departamentos.
-La Unicameral cambiará de color: la oposición sería la primera mayoría con 36 legisladores. El peronismo pasó de 49 a 29 ediles.
-En lo inmediato, el triunfo de Llaryora significará un envión para la candidatura de Daniel Passerini que busca quedarse con la intendencia de Córdoba. Pero no tendrá el vigor que se pensaba. Se espera que desde mañana mismo comienza una fuerte campaña de instalación y acompañamiento al candidato del peronismo de cara a la votación del 23 de julio.
-En un plano nacional el triunfo peronista podía convertirse en un trampolín para el proyecto nacional de Schiaretti. El escaso margen de la victoria pone en dudas el vigor de ese envión. En carrera para competir en las PASO como candidato a presidente Schiaretti buscará capitalizar el triunfo del peronismo cordobés para posicionarse con más énfasis ante el peronismo federal.