Los fabricantes de maquinaria agrícola atraviesan un año complejo. En un año marcado por la sequía y la crisis económica, esperan una caída en las ventas de entre el 50% y el 80%.
Este contexto puso en jaque a los fabricantes que, si no ven una salida rápida, podrían realizar despidos. Se trata de un sector que emplea a cerca de 40.000 colaboradores. “Hay preocupación en la industria por el riesgo de pérdida de empleos”, comentó el presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Eduardo Borri.
En 2022, el sector tuvo su mayor crecimiento y con ello un aumento en las inversiones. Esto significó casi duplicar el personal y fortalecer la producción. La crisis actual obliga a las empresas a replantearse el tamaño de las plantas. Mientras tanto, buscan financiamiento específico e impulsan una ley de fomento del desarrollo de la maquinaria agrícola argentina.
“En la agroindustria existe preocupación por el momento que está viviendo el sector, especialmente ante la crisis económica y los efectos de la sequía”, señaló Borri. Además, agregó que, con este escenario, existe mucha preocupación porque las fábricas invirtieron, tomaron personal y, ahora, los puestos de trabajo están en riesgo.
Para Borri, el año pasado fue un año récord para el sector: “2022 superó prácticamente en un 10% las ventas del 2017, que había sido récord por lo menos de los últimos 10, 20 años. Entonces, parado sobre esa base, ya arrancamos este 2023 con muy baja cantidad de ventas. Nuestro objetivo es pasar este período lo más rápido posible, que la sequía finalice y que volvamos a tener un 2024 similar a los años anteriores”.
Parados sobre esa base de inestabilidad y baja expectativas, el presidente de Cafma alerta sobre la posibilidad de despidos: “en los últimos 3, 4 años los fabricantes nacionales de maquinaria agrícola incorporamos alrededor de un 40% de personal (de 26.000 puestos en el 2019 a 40.000 colaboradores). Esto significa que, si uno aplica matemática pura ante una caída de un 50% en las ventas, si esto se prolonga por mucho tiempo, lo que está en riesgo son los puestos que creamos en los últimos años”.
Y agrega: “es realmente problemático tener que pasar por esta incertidumbre, tanto para el empleado y los equipos de trabajo, como para el fabricante”.
Políticas de asistencia y financiamiento
Actualmente, el sector cuenta con el apoyo del Banco Nación y del Banco Provincia de Buenos Aires, que son dos fuertes jugadores en el financiamiento del agro. “Obviamente que la banca privada hace un esfuerzo también, a veces es difícil tener tasas negativas con este contexto de aumento de tasas, esto es clave y lo estamos desarrollando”, comenta Borri.
“Entre las medidas fundamentales que habría que tomar con relación al financiamiento está la eliminación de la comunicación del Banco Central, que le impide al productor de soja o trigo que tenga más del 5% de su última cosecha en stock. Acá se trata de acceder a financiamiento a tasas accesibles, para poder acceder al mercado de manera competitiva. Para nosotros esto es clave, ese tipo de normativa debe ser derogada, es lo que el sector está esperando”, asegura el empresario.
Ley de Maquinaria Agrícola
La CAFMA está trabajando desde hace tiempo para la formulación de una ley de fomento del desarrollo de la maquinaria agrícola. El proyecto busca identificar la maquinaria agrícola nacional de la importada y promover un tratamiento específico en materia crediticia para la producción local que representa el 90% de la mano de obra del sector y el 51% de la facturación total de la maquinaria agrícola, pero consigue solo el 30% del financiamiento.
En la norma se contemplan herramientas para sustituir importaciones, la innovación tecnológica del sector y para la generación de empleo. “Este proyecto está en la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados esperando dictamen positivo, lo cual esperamos se produzca en las próximas semanas”, finaliza Borri,