Con el escrutinio “clavado” en 94% de avance desde la madrugada del lunes pocos cambios se esperan en una elección que fue mucho más reñida y mucho más polémica de lo que se esperaba en la previa.
La elección dejó un escenario de paridad extrema en el que Martín LLaryora se impuso sólo por 3 puntos, sobre Luis Juez. El 42,7% a 39,7% dejó un sinnúmero de reflexiones y análisis por hacer.
Y también sirvió para quedar frente a algunas postales inéditas. Una de ellas, quizá entre las más importantes, es la nueva configuración que tendrá la Unicameral.
El corte de boleta a favor del tramo de legisladores de Juntos por el Cambio fue muy importante a tal punto que durante buena parte de la madrugada la oposición obtenía más legisladores que el oficialismo y se erigía como la principal bancada en la Unicameral.
Con el correr de las horas ese panorama se fue equilibrando. Hacia el mediodía y la tarde del lunes y con el 94% de las mesas escrutadas la situación de paridad en la Legislatura era total.
Así, el nuevo esquema de la Legislatura mostraría:
-Juntos por el Cambio con 33 legisladores producto de 667 mil votos
-Hacemos por Córdoba con 33 legisladores producto de 661 mil votos
-Las 4 bancadas restantes serían:
–Encuentro Vecinal Córdoba: 1 legislador con 65 mil votos.
-Frente de Izquierda: 1 legislador con 57 mil votos.
-La libertad Avanza: 1 legislador con 51 mil votos.
-Creo en Córdoba: 1 legislador con 43 mil votos.
De confirmarse esos números la nueva legislatura con la que se encontrará la vicegobernadora electa Myrian Prunotto será muy distinta a la que está acostumbrada el peronismo en tiempos de Schiaretti o del propio José Manuel de la Sota.
“Somos una generación distinta, vamos a apostar al diálogo. Se vio en la construcción que hizo Llaryora con dirigentes radicales y del PRO. Va a ser bueno para la democracia que tengamos que dialogar con los otros bloques y consensuar”, apuntó Prunotto.
Tribunal de Cuentas. Aquí el oficialismo provincial también perdería la mayoría. Habría dos tribunos para Juntos por el Cambio y uno para el peronismo: Silvina Rivero, alfil schiarettista.