“Fue un año atípico, por muchas razones. La esencialidad del producto que elaboramos, los films de polipropileno para la industria alimenticia, hizo que tengamos que atender una demanda que fue muy por encima de la esperada. Mientras muchas industrias y muchos consumos cayeron, buena parte se enfocó en los alimentos y allí, el packging para las pastas, por ejemplo, vivió un incremento productivo muy grande a lo que nos tuvimos que acomodar por el impacto de la pandemia y la necesidad de generar nuevos protocolos de trabajo”, explica Daniel Palacios, CEO de Vitopel Argentina.
Originalmente nacida como parte de Grupo Arcor, la firma pasó a manos de un fondo de inversión hasta que capitales argentinos la readquirieron y formaron Vitopel Argentina en 2015. Hoy la compañía es uno de los dos players principales de BOPP, polipropileno biorientado, para envases flexibles. Y cuenta con dos familias de productos: film de polipropileno y polipropileno cast.
Para esta unidad, que lleva sólo dos ejercicios en la empresa, se definió una fuerte inversión de 5 millones de euros para sumar una nueva línea productiva, en Villa del Tototal, donde la firma tiene su planta productiva.
“Apostamos a la excelencia en los productos y en los sistemas de fabricación, eso nos permite trascender a pesar del clima de negocios o la fuerte presión impositiva actual. Eso es algo en que el sistema argentino debería evolucionar”, plantea Palacios.