Entre febrero y marzo pasado, el gobernador Juan Schiaretti había hecho un intento por
reconfigurar el GPS y tratar de salir hacia una nueva normalidad dejando atrás la pandemia
del coronavirus. Sin embargo, la aceleración de los contagios, el crecimiento de la
ocupación de camas, las idas y vueltas para la llegada de vacunas por parte de Nación, y la
fuerte resistencia de la sociedad a nuevas restricciones, obligaron al Gobierno provincial a
dar marcha atrás. Pegar la vuelta en el retorno y volver a gestionar en pandemia, dejando en pausa la demostración de la administración schiarettista a modo de campaña.
Sin embargo, Schiaretti no fue el único que quería empezar a correr hacia adelante.
Funcionarios de segunda línea provinciales, y también autoridades municipales, pensaban
en un ingreso al otoño con algo de calma. Apuntando decididamente a la elección
legislativa con la mira puesta en la independencia del PJ nacional, con la autonomía de un
partido provincial que trate de poner en práctica el aislamiento a la polarización nacional
que tendrá la parada electoral: kirchnerismo vs. Juntos por el Cambio.
El por ahora esquivo sueño de la autonomía sanitaria
La Provincia dio a conocer hace unos días que en noviembre había iniciado el diálogo con
los laboratorios privados para tratar de hacerse de sus propias dosis. Las fuentes
provinciales lo dieron a conocer después de la frase del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero,
acerca de la posibilidad de que estados provinciales y municipales gestionen sus propias
dosis.
Al margen de lo enunciado por el jefe de ministros, que a algunos funcionarios provinciales
los puso a pensar en la intención de Nación de deslindar responsabilidades, también en
Córdoba reconocen que “por el momento es difícil”. Están los optimistas que ven
posibilidades con Schiaretti al frente, el impulso de la Región Centro y el cada vez más
asiduo contacto con Horacio Rodríguez Larreta y la gestión de CABA.
Aunque también están aquellos que reconocen que la gestión no es fácil. Que se compite
con estados nacionales, que se puede abrir una puerta recién en el segundo semestre con el aumento de la producción, y que no son muchos los casos en el mundo de distritos provinciales o estatales que hayan logrado gestionarlo independientemente de las
negociaciones de sus países.
Preocupación en las ciudades grandes
Con el COE aguardando su propio segundo tiempo, la preocupación está en el crecimiento
de casos en las grandes ciudades. A comienzos de esta semana hubo una reunión clave en el área de Salud de la Municipalidad de Córdoba y hoy es prioridad en la gestión del
intendente Martín Llaryora.
“Está atado a la visita de (Gabriel, el ministro de Obras Públicas) Katopodis que se dio el
lunes y también a lo que se viene, con la creación de la figura de personal que va de la
mano de la gestión de la pandemia. Ya están al tanto los directores de los CPC de lo que se
viene”, dijo uno de los integrantes de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante
capitalino.
A lo de Córdoba se suma también la lupa que se puso en San Francisco, y la preocupación
de posibles nuevas cepas; Río Cuarto, Río Tercero y Villa María. Estas dos últimas de las
ciudades con un notable crecimiento de casos en las últimas semanas.
La campaña, en silencio, igual continúa
Al Centro Cívico no paran de llegar encuestas. Y Schiaretti está firme en la lista propia,
Gestión Córdoba como sello, defensa de la provincia y sin munición gruesa hacia afuera. Ni
apuntando al kirchnerismo, ni en contra del macrismo.
Aislado de esa grieta, la presencia constante de la diputada Alejandra Vigo en las
inauguraciones la ponen como la dueña del primer casillero al Senado. En Diputados, la
favorita al primer escalón es Natalia de la Sota, y saben de lo que provoca cualquier tipo de
disparo de campaña desde la vereda de enfrente a las dos damas del PJ cordobesista.
“Nadie va a ser muy duro en campaña contra la esposa del gobernador, como así tampoco con la hija del Gallego (José Manuel de la Sota). Se van a cuidar mucho”, dijo una fuente del peronismo a Punto a Punto.
Por ello, en medio de la segunda ola y mientras recibe a funcionarios nacionales, pero al
mismo tiempo desde Juntos por el Cambio algunos reportan lo que pasa adentro, Schiaretti
apunta a semanas de agenda paralela: gestión en pandemia y campaña.
CORDOBESISMO Y CÁBALA. Schiaretti cierra filas en el PJ y saca la campera roja de
todas las campañas.