Con casi 35 años en el mercado, Prodeman se consolidó como una de las compañías referentes para el mercado del maní. Su complejo productivo de General Cabrera cuenta con capacidad para procesar 140 mil toneladas al año, el 90% para mercados externos.
Y aunque ejecutan inversiones en forma constante, en el 2018 concretaron un hito destacado: la apertura de una planta que genera electricidad de biomasa a partir de los deshechos de la cáscara de maní.
La firma de la familia Cavigliaso destinó unos $ 350 millones para este nuevo desafío y ya concretaron ventas al sistema interconectado nacional. “Fue un año duro para el campo. La cosecha sintió el impacto de la sequía y de las retenciones más la quita de los reintegros a las exportaciones, que implicaron un costo alto. Para nosotros fue como tomar 400 personas de un día para el otro. Pero entendemos que hay que seguir”, subraya Ivana Cavigliaso, destacando que los costos se comieron la ventaja que había otorgado el salto en el tipo de cambio.
Para lo que viene siguen pensando en nuevas inversiones para ampliar la capacidad de procesamiento y para dar más valor y calidad a su producto estrella, el maní: “Una de las apuestas será seguir dando un mejor maní para el mercado interno. Los argentinos comíamos el peor maní y lo mejor se enviaba afuera, es una lógica que desde hace unos años empezamos a romper y queremos mantenernos en ese camino”, señala.