El Dr. Juan Grass, titular de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Córdoba (ACLISA), dialogó con Punto a Punto, analizó la actual coyuntura de las instituciones sanitarias y de cara al futuro trazó un panorama muy difícil para las instituciones de Salud.
“La situación actual es muy crítica. El sistema de salud privado se ha estado sosteniendo siempre de su propio trabajo. Desde la pandemia hemos empezado a depender del Estado en materia de ayudas financieras”, explicó Grass.
Para entender cuáles son los factores que están incidiendo en que los números se muestren cada vez más en rojo, el titular de ACLISA, precisó: “No acompaña la situación económica de lo que cobramos, con los valores que hemos tenido que pagar por las cosas que brindamos. Para dar un ejemplo. Desde enero 2020 los sueldos aumentaron un 63%, sin incluir la paritaria, y la inflación fue del 70%. En ese tiempo el Pami dio un aumento del 30%, las prepagas el 26% y las obras sociales provinciales y sindicales han estado por ahí. El desbalance que se produce es muy importante”.
El profesional explicó que los componentes de una empresa de salud son principalmente dos: los honorarios del personal que trabaja en cada institución, y los insumos necesarios para funcionar. “Los costos biomédicos subieron de manera extraordinaria tanto en el precio como el volumen que estamos utilizando. Eso generó una diferencia extraordinaria. Estamos un 50% abajo de los costos”, remarcó Grass.
¿De qué manera impactó la pandemia en toda esta ecuación?
-En este año y medio de pandemia hemos dejado de trabajar con la habitualidad que teníamos. En función de esta pandemia acondicionamos nuestras instituciones para atender internaciones clínicas. Estuvimos a disposición de lo que necesitaba la comunidad sin un ingreso acomodado para sostenernos. La baja de la producción de 2020 fue de un 70% y en 2021 de un 30%.
Las clínicas se llenaron de pacientes, pero nos estamos fundiendo. Hemos estado a la altura de las necesidades de la gente por la pandemia, pero dejamos de realizar las prestaciones que eran más rentables. Hemos invertido mucho, hemos gastado un montón de dinero. El Hospital de Clínicas de Buenos Aires dice que un paciente con Covid está en promedio 17 días internados. El costo de un día de terapia está entre los $ 90.000 y $120.000 por día. Nosotros estamos cobrando $ 34.000 en el mejor de los casos.
– ¿Qué es lo que necesitan en este momento?
-Necesitamos una política de Estado, que sea independiente del Gobierno de turno y necesitamos básicamente consensos. Tiene que ser algo que se construya en base a lo que ya tenemos y debe ser accesible para todo el mundo y equitativo. Hay que pensar que la salud que vemos tiene que estar en relación al presupuesto de dinero que tengamos. Si tenés $ 1.000 por persona, tenés que acomodar las prestaciones a ese monto.
– ¿Eso significaría bajar la calidad del servicio?
-No. Primero no hay que perder la universalidad del servicio. Hay que respetar las bases y perfeccionarlo, pero debemos definir qué presupuesto le vamos a dar y que prestaciones vamos a incluir. Argentina ha sido la que mejor salud ha tenido, dentro de la región. Córdoba en especial ha construido un sistema de salud público – privado muy desarrollado, con una oferta amplia y de mucha calidad. Ese es un capital muy importante para la Provincia. Imagínate lo que hubiera sido transitar esta pandemia sin un sistema de salud como el que tenemos acá. La sociedad debe comprender que esta oferta tan importante sanitaria que tiene Córdoba es para cuidarla.
– ¿Qué puede ocurrir si continúa el agravamiento de las ecuaciones financieras de las instituciones de salud?
-Si esto no se resuelve con un aumento en los ingresos, se va a producir un quebranto importante. Hemos perdido el 75% de las instituciones de salud y pueden ser más. En el año 2.000 había 405 instituciones de salud y hoy quedan alrededor de 100.