El correr de los meses se llevó puesto los excelentes pronósticos que se habían trazado sobre producción y comercialización de autos. El país esperaba concretar en 2018 el ansiado norte de 1 millón de unidades vendidas. Finalmente, como muchos mercados, el de los datos tropezó y cerrará entre 30% y 35% por debajo de las previsiones.
Firmas como Autocity sintieron el golpe, pero supieron reponerse a la coyuntura nociva y avanzar en otros frentes: sumaron dos nuevas marcas a su portfolio, Volkswagen y Jeep, concretaron aperturas en Río Cuarto y Villa Allende y se alistan para abrir la concesionaria Jeep en la ciudad de Córdoba.
“La macroeconomía empezó a deteriorarse y el negocio lo sintió, en una demanda muy elástica a los vaivenes. Pero se trabajó junto a las fábricas que ayudan a amortiguar el impacto de la devaluación en los precios, sobre todo las unidades importadas. En dólares, los autos aún están 20% más abajo que el año pasado”, explica Gregorio Tagle, director de Autocity.
En su complejo de Av. Circunvalación y Santa Ana la compañía ya tiene un póker de marcas: Renault, Nissan, Peugeot y Fiat. A ellas se suman los espacios de servicios, postventa, testeo de autos y un salón de usados abastecido por un stock de 600 unidades.
En dos años también se sumará Jeep, que en los próximos días cortará cintas en un salón provisorio, en otro punto del anillo de Circunvalación. “Entre lo destacado del año está haber sumado marcas muy fuertes como Volkswagen en Villa Allende y Jeep en Río Cuarto. Son marcas con gamas amplias y con productos con mucha calidad y muy competitivos”, destaca Tagle.
Para él, el desafío en 2019 será sostener una demanda que se espera aún muy tibia: “Confiamos en salir de la recesión más temprano que tarde, creo que hoy estamos en el peor punto. A veces vivimos un poco artificialmente, soy optimista de recuperar terreno y empezar a crecer con argumentos más sólidos”.