(Especial, Gabriel Silva). Una de las cuestiones que más se preocupa en enfatizar Alberto Fernández es la diferencia que tendría un eventual gobierno suyo con lo que fueron las dos gestiones de Cristina Fernández de Kirchner. En todos los ámbitos y con todos los sectores: el campo, los empresarios, los industriales y el periodismo. Todos.
Por lo tanto, no extraña que ante cada posición radicalizada y con la mira puesta en alguno de estos sectores por parte de los intérpretes más vehementes que tiene el kirchnerismo, Fernández salga de inmediato a tratar de bajar los decibeles.
Pasó la última semana con la frase de Juan Grabois acerca de la reforma agraria y el guiño que terminó haciendo el propio candidato del Frente de Todos para tratar de no espantar el voto campo. Esta posición incluye además el “operativo seducción” que están realizando desde hace unas semanas aquellos empresarios en favor del compañero de fórmula de CFK. Arco empresarial que en ciertos ámbitos empiezan a definir como la construcción del “Círculo Rojo de Alberto F”.
CONTACTOS ACEITADOS
La segunda visita del líder de la boleta del Frente de Todos en la previa a las PASO a Córdoba incluyó un arribo al sur provincial. Concretamente, a la planta de Aceitera General Deheza (AGD) y allí, la comitiva que incluyó además al senador Carlos Caserio, fue recibida por Roberto Urquía, el presidente de la firma. La relación entre Fernández y Urquía no es nueva.
El empresario en su momento fue sondeado por José Manuel de la Sota para que fuese su compañero de fórmula en la segunda victoria provincial del exgobernador y fue parte del Senado cuando el ahora candidato presidencial era jefe de Gabinete.
Los que siguieron de cerca la charla entre el CEO de AGD y el candidato reconocen que, para Fernández, Urquía es “el dueño de la provincia” y “uno de los empresarios más importantes del país”.
Dicen, además, que el empresario dejó atrás la polémica por la Resolución 125 que en 2008 lo puso en una situación incómoda cuando votó en contra de su propio bloque, tuvo un roce con el actual candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, Miguel Pichetto, y acató el pedido de Schiaretti y De la Sota. Hecho que lo alejó de la política en carne propia.
En el entorno de Urquía está el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, quien conduce una de las entidades más críticas de Cambiemos. Acevedo es cuñado de Urquía y viene de cuestionar con dureza al Gobierno desde el atril de AEA (Asociación Empresaria Argentina).
EN LA DULCE ESPERA
Sin embargo, Urquía no es el único cordobés top cercano a Alberto F. Otro de los que afinó los contactos con el candidato es Luis Pagani, el CEO de Arcor. Fernández sigue de cerca lo que está ocurriendo con el imperio de las golosinas y estuvo al tanto de la decisión que se conoció la semana pasada de adelantar vacaciones en la planta que la planta posee en Colonia Caroya.
De hecho, en su entorno llegaron a pensar en una recorrida por la fábrica en su próxima incursión por territorio cordobés, pero la idea no termina de convencer a los responsables de la firma.
“El acercamiento con Urquía se da desde la mística PJ, pero con Pagani es distinto: es netamente por la coyuntura económica. La caída del consumo impactó de lleno en la empresa argentina más reconocida en el mundo”, dijo un conocedor del minuto a minuto de Fernández en cada incursión cordobesa, quien ratifica además un respaldo empresarial que incluye también a varios pesos pesado como Paolo Rocca, el CEO de Techint y enfrentado a Schiaretti; y a los macristas Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y Marcos Galperin (Mercado Libre), de recientes reuniones con el candidato.