(Especial, María Ester Romero). Bajo secreto de sumario continuará esta semana la investigación al grupo de arquitectos, ingenieros y corredores inmobiliarios investigados por estafar a través de la sobreventa de departamentos, entre otras maniobras, en Nueva Córdoba y casas en diferentes housing de Villa Warcalde y el noroeste de la ciudad.
La pesquisa está en manos del fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier. En total son cinco emprendimientos en los que, la presunta banda liderada por Marcelo Javier Marieschi (41), habrían consumado las estafas inmobiliarias.
Fueron 17 los allanamientos realizados simultáneamente el viernes en los que se produjeron las detenciones de los arquitectos Marieschi, su esposa Constanza Daniela Peláez y su hermana Marianela Marieschi. También fueron aprehendidos el escribano Adrián Benelbas, su hermano Jorge Eduardo Benelbas; los empresarios inmobiliarios Fernando Civalero, su socio Martín Díaz y María Reina Correa; y el ingeniero civil Claudio Telésforo Ubios.
A partir de hoy, los detenidos –todos alojados en la cárcel de Bouwer- deberán presentar abogados defensores para ser indagados.
La asociación se habría dedicado a vender departamentos en edificios y varias urbanizaciones a amigos o conocidos en los ámbitos donde ellos desarrollan sus actividades sociales. En efecto, varios de los estafados son conocidos de los ahora detenidos a raíz de pertenecer al Club La Tablada, donde Jorge Benelbas integra el staf técnico del equipo de rugby.
En eso radica la particularidad de los hechos que se investigan: los compradores de los bienes, muchos de los cuales vio frustradas totalmente sus chances de obtener su departamento o casa y perdieron los que tenían, son amigos o familiares de los imputados. Las promociones y ventas se desarrollaron en un marco de conocimiento y confianza previos. De hecho, las redes sociales se han convertido en un mar de denuncias y escraches.
Las irregularidades que están bajo la lupa de los investigadores van desde construcciones no habilitadas, el incumplimiento en la entrega de las viviendas y, particularmente, la múltiple venta de una misma unidad habitacional a varias personas.
Los emprendimientos se iniciaron como todas las ventas en pozo. Se construyeron un par de casas o departamentos, y con esa muestra eran ofrecidas invocando nombres reconocidos de quiénes habían adquirido alguno de los inmuebles. Una vez que se había cooptado a los clientes –la mayoría del mismo círculo social de los acusados- se abandonaba la construcción; previo a solicitar en reiteradas ocasiones nuevos pagos con la promesa de reactivar las obras.
En los próximos días, abogados que están asesorando a clientes que se sienten estafados sumarán más denuncias. Hasta ahora en la fiscalía que conduce Gavier se han acumulado 50. En cada caso, hubo entregas en promedio de US$ 150.000 ya que las unidades eran ofrecidas por entre US$ 250.000 y US$ 600.000. El cálculo de las estafas es multimillonario.
Foto: Captura Google Street View