La reciente asunción del nuevo gobierno traerá un nuevo tiempo para el comercio exterior argentino. Todo indica que las trabas que lo afectan irán desapareciendo, lo mismo que la brecha cambiaria. Las cámaras de importadores y exportadores están en una situación de “esperar y mirar” con respecto a las nuevas medidas anunciadas por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que se refirió al comercio exterior en los puntos 8 (eliminación de los derechos de exportación) y 9 (reemplazo del sistema SIRA) de su paquete económico.
En primer lugar, Caputo anunció el aumento provisorio del Impuesto País a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias. Aseguró que, con el dólar oficial a $800, se benefician los exportadores al recibir un mejor tipo de cambio.
También hizo referencia a que con los derechos de exportación para todos, se equipara la carga fiscal para todos los sectores, dejando de discriminar al sector agropecuario. En este punto, referentes del sector exportador expresaron su preocupación por las consecuencias de esta medida sobre algunas de las economías regionales, que lograron una quita de retenciones y hoy están castigadas en cuanto a su rentabilidad.
Desde la Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina, Federico Rodríguez, destacó como “positivo” el nuevo valor del dólar oficial. “Es un tipo de cambio más competitivo, sobre todo para los exportadores, lo cual debería decantar en un mayor volumen exportado, mayor ingreso de divisas y mayor generación de puestos de trabajo de calidad, esa es la noticia que más impacta en el comex y que vemos altamente positiva”, analizó.
El presidente de FECACERA celebró el tipo de cambio más elevado ya que les da mayor previsibilidad en el tiempo para planificar a largo plazo: “para hacer comercio exterior hay que planificar a mediano y largo plazo, todos los cambios en las reglas de juego condicionan fuertemente la actividad exportadora, si partimos en un tipo de cambio alto y sostenible en el tiempo es muy positivo”.
Consultado sobre la suba de impuestos en los insumos importados, Rodríguez dijo que se trata del “lado negativo” de las medidas: “entendemos que surge de una necesidad fiscal para no seguir teniendo devaluaciones recurrentes, moderar la inflación y tener una economía estable. Entendemos la necesidad de imponer retenciones al pago de importaciones, pero sabemos que cuanto menor sea la cantidad de impuestos distorsivos mayor será el desempeño de la economía y la producción”. Seguidamente aclaró: “hay que tener en cuenta que ahora la brecha entre el dólar importador y el dólar exportador es del 30%, antes la brecha era del 160%”.
Marcha atrás a las retenciones
En la segunda semana del gobierno de Javier Milei, el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, dio marcha atrás en la decisión de gravar a todas las producciones con un 15% de retenciones. Tras reunirse con los dirigentes de la Mesa de Enlace, decidió subir dos puntos los derechos de exportación a los subproductos de la soja, pero mantener en 0% las retenciones de 16 economías regionales.
Olivicultura, arroz, cueros bovinos, lácteos, frutícola (excluido el limón), hortícolas, porotos, papa, ajo, garbanzos/lentejas/arvejas (legumbres), miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana no estarían alcanzadas por el impuesto que tantos conflictos genera con el campo. Para el sector vitivinícola, la retención quedará en 8%.
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“Creemos que así estamos dando respuesta a una problemática que podía tener impacto en el trabajo en distintos lugares de nuestro país y, por otro lado, poder sostener la competitividad”, remarcó el secretario en un mensaje grabado y aseguró: “Estamos un paso adelante respecto de la semana anterior”.
“Las retenciones siempre son negativas y sobre todo para economías regionales. Vemos con buenos ojos que las economías regionales no tengan retenciones”, dijo el presidente de FECACERA.
Deuda pendiente. “El sector pymes está muy debilitado y golpeado por la dificultad de realizar pagos al exterior, eso no se resolvió, hay mucho por hacer y hay que dar una solución a las deudas contraídas por parte de las empresas que, al final del gobierno anterior, era cercana a los US$ 55 mil millones”.
Expectativas. “Son buenas porque debería haber más exportaciones, ingresos de divisas y generación de trabajo. Además vemos una mayor vocación por parte del gobierno en generar diálogo entre el sector público-privado. Esperamos que los primeros tres meses del 2024 sean muy duros, con baja en la actividad productiva y comercial y baja en los niveles de empleo. Esperamos ver mejoras en el segundo o tercer trimestre del año”.
Balance 2023 “Fue un año durísimo para el comex, muy malo, plagado de burocracias, imprevisibilidad y quebranto por parte de las empresas. Fue un año muy difícil, esperamos poder tapar ese recuerdo con buenas experiencias que el 2024 nos puede llegar a traer”.