A 12 años del inicio del conflicto, la causa de la repostera Andrea Franceschini parece no tener fin. Hoy la disputa gira en torno a los derechos de uso y explotación de la marca que lleva el nombre de la empresaria, quien asegura que su ex pareja, Javier Gerardo Sánchez, le habría hecho firmar los papeles de titularidad de la marca impidiendo que ésta pueda hacer uso de la misma.
Punto a Punto habló con Graciela Taranto, abogada de Rodolfo Jara en la causa Andrea Franceschini. “Es una causa que viene hace muchos años, a raíz de una denuncia que hizo Andrea en 2010 contra el Grupo inversor (Gustavo Cena Rodolfo Jara Repostería Mediterránea S.A) y su ex pareja”, inicia Taranto.
Cabe destacar que el fiscal instructor José Bringas y la jueza de Control Laura Baralle dictaron el sobreseimiento a los 12 imputados en la causa: Luis Rodolfo Jara, Gustavo Reynaldo Cena, María Cecilia Dahbar, Arturo Javier Gerardo Sánchez (expareja de Andrea), el escribano Bernardo Borcosqui, Pablo Abdón Dahbar, María Cecilia Dahbar, Carlos Hernán Dotto, Gerardo Andrés Oddone, Osvaldo Sergio Terragni, Ricardo Rubén Martínez y María Soledad Bessone. “Actualmente hay dos resoluciones de sobreseimiento”, afirma Taranto.
“Andrea da varias versiones de los hechos y los va modificando con el tiempo, dejando entrever que la firma en el contrato de compra-venta no era de ella, también llegó a plantear que llenaron el contrato posteriormente a que ella firmara”, dijo la letrada. Sin embargo, Taranto asegura que se hizo una pericia caligráfica sobre el contrato y se determinó que la firma era de ella.
“En definitiva, se declara la nulidad de lo que se estableció como la acusación inicial y hoy los imputados no tienen hechos delictivos fijados. Ya pasaron 12 años desde el inicio de la investigación y no fijaron hechos, es decir que los imputados no saben en definitiva por qué están imputados o qué es lo que hicieron”, analiza la abogada.
De acuerdo con lo que explica la Taranto, Andrea Franceschini logró obtener al inicio de la causa una medida cautelar que le permite seguir explotando la marca y mantener la titularidad, pese a haberla vendido.
“No es la primera vez que Andrea tiene conflictos por la marca, es una persona que tiene antecedentes de este tipo, como fue en el caso con su madre, Graciela Franceschini. En sede civil también tiene un gran número de juicios. Ella se presenta como una persona inexperta y sin embargo tiene una carrera judicial conflictiva importante” comenta la abogada.
Oficialmente la concesión de la marca la tiene Repostería Mediterránea, ellos la compraron legalmente. “Andrea Franceschini como marca estaba fundida y ella salió a buscar un Grupo inversor para salvar la marca. Luego la vendió y después salió a desconocer la operatoria denunciando al Grupo”, explica.
Y sigue: “hoy los únicos que tienen derecho a la explotación y propiedad de la marca es el Grupo Inversor. Ellos tienen un contrato válido, que al día de hoy sigue vigente. Andrea lo que hizo fue frenar la inscripción registral de la marca pero el contrato de compra-venta. Ella se aprovecha de la titularidad registral ya que inicialmente la marca estaba a su nombre. Por ello, en 2010, el Juez de control frenó la inscripción hasta dilucidar lo que sucedió realmente”.
“Ella creó otras marcas porque sabe que Andrea Franceschini en sí ya no le pertenece. En definitiva, Andrea vendió algo que sigue explotando patrimonialmente. En paralelo va creando nuevos negocios porque su marca madre ya la vendió y sabe que es cuestión de tiempo hasta que los compradores la recuperen en su totalidad”.
¿Cómo sigue? Hoy la causa está en casación, es decir que la resolución de la Cámara de Acusación ordenó seguir investigando ya que el hecho no está firme y debe resolver el Tribunal Superior de Justicia.
¿Tiempos? indefinibles. La causa ya lleva 12 años desde su inicio y no parece esclarecer en corto tiempo. “Esta odisea ya debería haber terminado. Es una locura, no sabemos cuándo se va a cerrar la causa”, finaliza.