“El bioetanol está en un buen momento y con posibilidad de seguir creciendo”, así define Santiago Acquaroli, gerente de planta de ACA BIO, al escenario actual del sector y aclara que “el gobierno de Córdoba es el que más impulsa el aumento del corte de bioetanol en las naftas ya que es un motor productivo para la economía provincial con altas posibilidades de crecer”.
ACA BIO se dedica a la elaboración de bioetanol desde hace más de 9 años. Produce biocombustibles en base a maíz que procede de la provincia, además de obtener burlanda, un alimento de alto valor nutricional para uso de feedlots y los tambos de la región para la producción de leche.
Es la mayor planta productora de bioetanol del país: procesa 725.000 toneladas de maíz y produce cerca de 300.000 m3 de etanol (300 millones de litros) por año. Además, genera el 3% del combustible que requieren los autos nafteros de todo el país. La firma ya lleva más de US$220 millones invertidos en su planta y aseguran que piensan seguir creciendo.
La utilización de los biocombustibles es importante para los cordobeses porque significa el cuidado del medioambiente, mejora la calidad del aire y reduce emisiones de gases de efecto invernadero. También genera una economía circular y sostenible, otorga valor agregado a las materias primas y genera puestos de trabajo de calidad y desarrollo territorial.
Córdoba cuenta con una enorme capacidad para generar biocombustibles, dado que es la principal productora a nivel nacional de sus materias primas: maíz y soja. Además, produce el 70% de bioetanol a base de maíz que se consume en el país.
De acuerdo con la ley 26.093, sancionada en 2006, se puso en marcha una nueva política de Estado en materia de combustibles líquidos, propiciando la mezcla de biocombustibles con los de origen fósil. La implementación efectiva del corte con biocombustibles se inició en 2010 y las nuevas plantas industriales elaboradoras de bioetanol comenzaron su producción en 2012, constituyendo una de las industrias más jóvenes (y pujantes) de la
Argentina.
“Hoy nuestras naftas contienen un 12% de bioetanol, dicho valor está lejos en comparación al corte de Brasil que ronda el 27,5%. Si Argentina llegase a esa situación equivalente a la del país vecino, se necesitaría una demanda extra de 9 millones de toneladas de maíz y construir doce plantas industriales más como la de ACA BIO para poder satisfacer esa demanda”, explica Acquaroli.
Sin pretender llegar a esos elevados (aunque posibles) cortes de bioetanol en naftas, como próximo paso, Argentina debería implementar un corte al 15%. Con tal suba, la industrialización del grano de maíz aumenta el valor agregado local, generando más empleo en el interior del país. Además, significaría la producción adicional de 300.000 m3/año de bioetanol, lo que representa unas 750.000 toneladas de maíz por año de industrialización adicional. Más mano de obra calificada -profesionales universitarios y terciarios, técnicos, operarios- que se insertarían en el mundo laboral manteniendo el arraigo familiar y territorial.
“Un mayor corte de bioetanol en las naftas requerirá del nacimiento de nuevas plantas industriales y/o ampliaciones de plantas existentes en locaciones del interior con alta producción de maíz y alejadas de los puertos, lo que contribuye a un país más federal, y con una posible mejora en la logística de transporte”, plantea el gerente de ACA BIO.
Como otro punto clave, la suba del corte mejoraría la matriz energética del país, reemplazando 300.000 m3/año de naftas, contribuirá a la sustitución de importaciones (en el año 2022 se importaron 1.166.000 m3 de naftas por un valor de US$ 1.000 millones), con su impacto favorable en el balance de divisas.
A fines del año pasado comenzó a operar la primera estación de servicio que ofrece E17 (mezcla de 17% de bioetanol con 83% de nafta premium) y B20 (mezcla de 20% de biodiésel con 80% de gasoil premium).