Mientras el gobierno prepara los detalles para presentar el acuerdo con el FMI sigue la tensión política sobre su apoyo en el Congreso. Al mismo tiempo, las revisiones trimestrales de que depende el acuerdo tendrán un elemento clave: qué pasará con la reducción del gasto fiscal, que tiene al desmantelamiento de los esquemas de subsidios como principal escollo.
En ese sentido, un reporte de la Bolsa de Comercio de Córdoba da cuenta del rol clave que suponen los subsidios energéticos en torno al acuerdo con el FMI. Desde la entidad remarcan:
«Ante los trascendidos de que potencial entendimiento entre Economía y el Fondo apunta a que solo uno de cada 10 argentinos pagaría el verdadero costo de la energía, mientras que el resto solo vería impactado en su factura aumentos que ni siquiera seguirían de forma completa la evolución de los salarios, que en los últimos dos años han perdido continuamente contra la inflación, llevan a pensar que los subsidios económicos seguirán siendo un problema de cara al futuro».
«A esto se debe incorporar los potenciales problemas que tendría esta decisión en términos de equidad contributiva, y más aún los interrogantes que surgen respecto a la factibilidad de aplicar un esquema como el propuesto en la práctica. Un repaso de la situación muestra:
Es que mientras la inflación acumuló un aumento de 113,5% desde finales de 2019 hasta enero de 2022 inclusive, una magnitud muy similar a la del costo de generación de energía eléctrica, cuyo aumento fue de 111% en los 25 meses considerados. Esa inflación es menor a la “núcleo”, lo que exime del análisis lo ocurrido con los precios de bienes y servicios con comportamiento estacional y los regulados».
«Pese al claro incremento de los costos a lo largo de toda la economía, las graves distorsiones generadas por la política de subsidios derivaron en que el precio afrontado por los consumidores creció entre 6 y 7 veces menos que el costo de real de su generación en el mismo período (16,7%).
Esa política derivó en un fuerte atraso en las facturas de energía eléctrica frente a la inflación, con casos como el de Córdoba, que presenta una de las tarifas más caras del país, con alzas de 46,8% en poco más de dos años, pero con otros como el del Gran Buenos Aires, donde inclusive el aumento fue menor al del precio abonado por la generación y 10 veces inferior (11,3%) a la inflación acumulada y el incremento del costo de generar la energía.
El año pasado el conjunto de los subsidios económicos fueron 3% del PBI, casi el doble de hace dos años (1,6% del Producto en 2019). En 2021 fueron equivalentes a la totalidad del déficit primario estructural del sector público nacional.
Por estas razones de su dinámica dependerá fuertemente la posibilidad de cumplir o no las metas fiscales que se fije el Gobierno de cara a los próximos años y, por ende, la posibilidad de que el plan resulte o no consistente. El acuerdo con el FMI se configura como una condición necesaria para no profundizar los desequilibrios de la macroeconomía argentina, pero no suficiente para solucionarlos».