La inflación de 2022 fue la más elevada en 32 años (+94,8% i.a.), y el comienzo de 2023 muestra signos de aceleración (el IPC GBA Ecolatina promedió 6,5% los primeros dos meses del año, 0,8 p.p. por encima del 4T de 2022). En este marco, el Gobierno fue instrumentando distintas medidas. Por un lado, se realiza un ajuste del gasto en términos reales en conjunto con una política monetaria más contractiva, sumado a la búsqueda de que las paritarias se firmen con una pauta más acotada (60% anual). Por el otro, se dispusieron y profundizaron medidas de tinte más heterodoxo, como el programa Precios Justos.
¿Qué es Precios Justos?
Es un programa lanzado a comienzos de Noviembre, y tiene como objetivo reducir la expectativa inflacionaria y tender a la estabilidad de los precios en el corto plazo, para recuperar el poder de compra de los ingresos de la población. Precios Justos establece una pauta de precios del 3,2% mensual promedio hasta el 30 de junio de 2023.
Repercusiones del programa
Mientras que en supermercados, hipermercados se observó una mayor incidencia del programa, en almacenes o pequeños comercios (no cubierto por el acuerdo y con menor trato directo con el Gobierno) el aumento de precios de los productos atravesados por el programa fue mayor, como sucedió en los últimos diez años con controles de precios.
Vale mencionar que la brecha entre los aumentos de productos de consumo masivo incluidos en Precios Justos que se venden en supermercados y los que se consiguen en comercios de cercanía o pequeños autoservicios implica un impacto más severo sobre los sectores más vulnerables, dado que los sectores más pobres de la sociedad no sólo gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en productos de consumo masivo, sino que tienden a utilizar menos las grandes superficies. Según la última Encuesta de Gasto, los hogares del 10% de menores ingresos destinan sólo el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno, mientras que ese porcentaje crece a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.
Entonces, si bien el plan logró cierto impacto, posiblemente no haya tenido la misma repercusión en hogares con menores ingresos, ya que casi no compran en supermercados y destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a bienes de primera necesidad en pequeñas superficies de venta, donde los precios han tendido a aumentar más.
En definitiva, se señala que los controles de precios/salarios resultan insuficientes para utilizarse de forma aislada como herramienta para desinflacionar en forma sostenida. En el marco de la implementación de un plan de estabilización técnicamente sólido, con amplio respaldo político y creíble para los agentes económicos, los acuerdos pueden funcionar como un complemento para alcanzar el objetivo de moderar la inercia inflacionaria y anclar expectativas, pero comprendiendo su rol y sus limitaciones.