A casi dos meses del ingreso de Sergio Massa al ministerio de Economía, la corta gestión del líder del Frente Renovador pareciera ya estar marcada por aciertos y fracasos. En este tiempo, desde la salida de Martín Guzmán y el breve paso de Silvina Batakis, Massa se enfocó en buscar un ordenamiento fiscal tendiente a estabilizar la macro.
La semana pasada el superministro celebró el leve crecimiento económico que marcó Indec en el mes de agosto, el nuevo desembolso del FMI y la captación de US$ 6.000 millones proveniente del sector sojero, logro que quedó opacado por la jugada del BCRA implementando un nuevo cepo para el campo y por una inflación que ya gira alrededor del 6% mensual en promedio.
Para analizar más a fondo estas cuestiones, el economista Gastón Utrera, de la consultora EconomicTrends, estuvo a cargo de un nuevo ciclo de “Análisis de Coyuntura” de Punto a Punto que se concretó en Bellocchio de Córdoba Shopping, de la mano de Dakota Desarrollos Inmobiliarios.
Utrera no duda en definir la gestión de Sergio Massa como “un segundo experimento político después de un primer experimento fallido que fue la designación de Cristina Fernández de Kirchner al poder y Alberto Fernández al gobierno”. “No hace falta discutir que fue un fracaso gubernamental”, aclara.
Para el economista, ahora está en marcha un segundo experimento, que es CFK al poder, Massa al gobierno y “Alberto Fernández a una vitrina en algún lado donde moleste lo menos posible”. “Es un experimento raro con altas chances de fracasar, no solo por el antecedente sino por el contexto económico complicado, que es lo que llevó a Massa al ministerio de Economía”, analiza Utrera.
En su planteo, Utrera considera que lejos de ser economista, el superministro auspicia de actor que mira el escenario de manera política y que trabaja junto a un equipo económico que lo asesora en la toma de decisiones. Rol que, inicialmente, debería haber estado ligado a la imagen presidencial de Alberto Fernández pero que se fue desintegrando con el paso de los meses.
Las tres cartas de Massa
Utrera describe el ingreso de Sergio Massa al ministerio de Economía atado a tres cartas claves que disponía en su poder:
1ra carta: El gabinete: Massa estuvo años trabajando para mostrar una imagen política con el mejor equipo de economistas, lo vimos con Roberto Lavgna, Martín Redrado y Miguel Peirano. Finalmente armó un equipo formado por José Ignacio de Mendiguren, Juan José Bahillo, Gabriel Rubinstein y Matías Tombolini, quien parece estar más preocupado por la falta de stock de figuritas del Mundial que por el control de precios en los supermercados. “El equipo económico es más flojo de lo que él había imaginado”, comenta Utrera.
2da carta: A todo o nada: otra de las cartas tiene que ver con tomar el poder de toda la política económica del país. Cuando Massa muestra esa jugada, rápidamente el secretario de Energía decide renunciar. Otra de las consecuencias de tal decisión es que el BCRA quedó fuera de las manos del superministro y se vio en la jugada que hizo Miguel Pesce a activar un nuevo cepo al dólar contra los sojeros.
“Massa negoció con los sojeros y cuando entraron los US$ 6 mil millones el Central metió un cepo para todos los que liquidaron. Esa fue una decisión del Banco, no de Massa, eso es un problema de fuego amigo. La jugada perjudica la imagen de Massa, porque limita los acuerdos con otros sectores”.
3ra carta: El apoyo de CFK: “sin el visto bueno de la vicepresidenta sabemos que ninguna gestión economía puede funcionar. El apoyo hasta ahora está. El primer apoyo de CFK fue no salir en una pseudo cadena nacional a reventar al ministro de Economía como lo hizo con Martín Guzmán. La segunda muestra fue la foto que se sacó con Massa en una reunión”.
Déficit fiscal
En su ingreso al ministerio de Economía Massa puso el foco en estabilizar la economía. Es por eso que su primer paquete de medidas económicas estaba destinada a la baja del déficit fiscal
“El déficit fiscal efectivamente se está reduciendo, no deberíamos esperar ninguna reforma estructural que haga desaparecer el déficit fiscal en Argentina. Ni siquiera Massa tiene que pensar en ese objetivo porque no dan los tiempos ni el contexto. En este tiempo que queda de gestión el desafío es evitar lo que empezó a parecer inevitable en junio, la hiperinflación. Es cortar con eso y estabilizar. Lograr eso es el gran negocio”, explica Utrera.
Mercado cambiario
“Algo que Massa tiene pendiente desde el comienzo, y que aún no fue encarado, es el ordenamiento del mercado cambiario que es un desquicio. Hoy nadie puede seguir el hilo de todas las restricciones cambiarias que hay”, analiza Utrera.
Para el economista, es necesario desdoblar el tipo de cambio y hacer dos segmentos diferentes: uno para lo comercial (exportaciones, importaciones, deudas comerciales) con tipo de cambio administrado. Y otro cambio libre (para el resto de las operaciones), sin restricciones, a un tipo de cambio de mercado que no ponga en riesgo las reservas del BCRA. “Eso ordenaría el mercado, sacaría trabas y todos tendriamos más certidumbre sabiendo cómo podemos operar, con un tipo de cambio flexible para viaje al exterior, consumos con tarjetas de crédito, compra de dólares para atesoramiento, entre otros. Además, cerraría con un tipo de cambio más bajo. De esta forma jugaríamos con dos cambios, uno administrado por el BCRA y otro flotando, lo que ordenaría todo”, considera.
Utrera considera que es clave la segmentación del mercado para establecer reglas claras y asegurar que “ambos tipos de cambios van a terminar por converger y dejar de ser un problema”.
Sin embargo, aclara: “Eso también debería ser pensado por el próximo gobierno. Ir de nuevo rápido a una unificación con un único tipo de cambio es de nuevo arrastrar la inflación. Hay que segmentar el mercado, si haces las cosas bien los dos cambios van a coincidir en un proceso mucho más suave que forzándolo de entrada”.
Actividad económica
“Hay señales con matices. Cuando uno mira el estimador mensual de actividad económica el dato de julio muestra un crecimiento suave, que ya superó el nivel previo al inicio de la recesión en 2018 y en la pandemia. Si este crecimiento se mantiene en la segunda parte del año, el número del cierre del 2022 va a estar 5,1% arriba de 2021. La actividad económica estuvo prácticamente todo el año en el mismo nivel”, explica Utrera.
Seguidamente hace foco en el consumo y aclara: “En el consumo hay un volumen de actividad alto por malos motivos. No hay incentivos para ahorrar, el peso perdió valor y se licua con la inflación, entonces la gente lo gasta. El ahorro ahora se transforma en gasto. Frente a la imposibilidad de comprar dólares y el poco valor del peso, la gente elige sacarse de encima ese dinero extra”.
Para el economista, es “muy improbable» que la inflación baje. “Antes, la inflación giraba en un círculo cercano al 2% mensual, ahora gira al 6% mensual. Los salarios suben porque suben los precios, y los precios suben porque suben los salarios, esa combinación está girando a una velocidad que cuesta detener”, asegura.
Al borde de los tres dígitos
La inflación de agosto fue de 7% y alcanzó en términos interanuales el 78,5%. En los primeros ocho meses del año, la suba de precios trepó hasta 56,4%.
“Si uno toma la inflación hasta agosto y proyecta 6% por mes entre septiembre y diciembre, llegas al 97.5% en el año. Con un poquito más del 6% en algunos de los meses estás al borde de superar el 100%. La velocidad en la que está yendo la inflación ya está arriba del 100% cuando uno hace el equivalente anual de lo que pasa mensualmente, pero cuando mira la historia completa, probablemente el año cierre un poquito más abajo”.
Sobre el fantasma de la hiper, Utrera manifiesta: “La inflación no está desbocando con saltos significativos. No estamos yendo a una hiper. Está en un nivel límite, muy alto, pero que está estabilizándose como se estabilizaba antes en un 2%”.