(Especial, José Busaniche, para Perfil Córdoba) En un encuentro con empresarios cordobeses del agro el economista Jorge Ingaramo diagnosticó que el Gobierno nacional aún tiene herramientas para reducir la emisión monetaria, uno de los motores para comenzar a bajar de forma definitiva la inflación. El foco, según explicó, está en trabajar sobre la inflación núcleo que hoy está en torno al 1,3% y que no depende de los precios regulados o de los precios estacionales.
El analista y ex funcionario destacó para bajar la inflación núcleo al 1% es clave el rol que cumple el Banco Central en materia de financiamiento hacia el Estado porque en función de eso se mueve la emisión monetaria y se expande la base monetaria, uno de los motores del proceso inflacionario.
“El Banco Central le tiene que dejar de pasar tanto dinero al Estado. Para este año se había trazado un compromiso de asistencia de $150.000 millones. El Central ya pasó $97.000 millones y quedan $53.000 millones que tienen que pasar en gran parte para pagar los aguinaldos de diciembre. Una forma para no hacer crecer la base monetaria que presiona sobre la inflación es dar esa plata en cómodas cuotas. Ese monto toral es el 6% de la base monetaria, lo que da un piso de 1% mensual de inflación, pero se puede hacer una combinación para que el Tesoro pueda financiarse por su cuenta”, destacó.
Una receta combinada. Para trabajar en el sentido de disminuir las necesidades de financiamiento del Gobierno Ingaramo plantea un escenario donde se combinan el uso de herramientas monetarias y fiscales junto con la incidencia de resultados económicos más auspiciosos: “Con la recaudación tributaria de junio y julio el Gobierno puede necesitar menos financiamiento y subiendo la recaudación 2% por encima de la tasa de inflación por mes y reduciendo en un 30% los subsidios económicos, incluso después de las elecciones es factible bajar fuertemente el déficit operativo. El déficit fiscal operativo para este año es de 4,2% del PBI. El primer semestre dio 1,5%, así que ya tenemos una ventaja porque la cuenta de subsidios dio en junio 21% nominal, una caída de subsidios muy grande”.
Según Ingaramo, con la combinación de esos factores (cuidado sobre los subsidios, mejora en la recaudación) bajarán los requerimientos de dinero para el Banco Central. “Si se consigue que en lugar de $53.000 millones se pida menos es posible que la creación de base monetaria, que es el gran problema de la inflación, disminuya. Y si no hay un aumento estacionario fuerte, se puede lograr ya en septiembre una tasa núcleo del 1% mensual”, plantea. Así, la inflación anual estaría en torno al 19%, 20%.