Otro marzo caliente. Como hace 14 años. El proyecto de ley para una refinanciación de US$45 mil millones de deuda con el FMI todavía está en el Congreso. Tiene media sanción y debería pasar sin problemas por el Senado, pero su debate generó profundas discusiones y grietas sin precedentes en el seno de la coalición gobernante.
Mientras se termina de acomodar ese frente, el gobierno nacional abrió otro. El domingo una resolución del Ministerio de Agricultura de la Nación suspendió el registro de exportadores para productos como aceite y harina de soja. Al cierre de esta edición aún no había definiciones pero todo el sector productivo y agroindustrial descuenta que se está gestando un incremento de las retenciones. Del 31% actual, al 33%, lo que iguala el derecho de exportación que paga el poroto de soja.
Un golpe a los proyectos y complejos que industrializan la producción primaria. Se estima que la medida generaría ingresos extras para las arcas públicas por US$ 450 millones. Pero para el agro hay más que eso. Vuelven a pensar en motivaciones políticas y en la necesidad de generar un “enemigo interno” al que culpar de las inconsistencias y problemas crónicos de la macro.
Pablo Martínez, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María habló sobre esto en el programa “Con el diario del lunes”, el espacio de Punto a Punto y diario Perfil Córdoba en Canal 10.
“Las medidas todavía no salieron, hasta el día de hoy no hay nada en el Boletín Oficial, el 2% que subirían las retenciones a la harina y al aceite de soja aún no está. Pero cuando se cierran las exportaciones es porque supuestamente va a venir un cambio. Posiblemente no pase nada o posiblemente las suban, pero más allá de eso, lo complicado es el mensaje que se sigue dando”.
“Esos dos puntos entre el 33% que paga el poroto y el 31% que paga el aceite es un diferencial que la exportación se queda y en un traslado directo de los productores. El exportador nos paga con el 33% de retención y ellos pagan el 31%. Esa medida fue sacada para promover el sector del puerto, las aceiteras, se incrementó todo el plan de molienda. La verdad es que tendrían que equiparar, pero a la baja, bajar las
retenciones y equiparar ahí”, define.
-¿La medida no iría en contra de lo que siempre se dice, del discurso de agregar mayor valor a la producción?
-Sí, pero en realidad hay que dar confianza y libertad. Vos dando confianza y libertad tenés a los productores, las cadenas intermedias invirtiendo. Mientras a nosotros nos quieren meter más retenciones aumentan 200 empleados en el PAMI. Todo el mundo, está diciendo que bajen el gasto público, achiquen el Estado y den confianza para que las inversiones genuinas den mano de obra. Pero den confianza.
-¿Es una medida que afecta a los productores o afecta más a las grandes aceiteras que están concentradas?
-Afecta directamente al sector oleaginoso, pero seguramente ese sector te traslada a precio cuando compre la soja. Lo van a trasladar directamente. Hay algunas chicas, pero son 5, 6 grandes que manejan todo el proceso oleaginoso.
-¿Qué ven por debajo de esta medida, hay que leerlo como una decisión exclusivamente en busca de divisas por la escasez que hay en el Banco Central o hay cuestiones políticas o desconocimiento del complejo agroindustrial?
-Este año va a haber menos cosecha por la seca que hubo entre diciembre y enero, pero con los precios va a haber mayor ingreso. Van a ser cerca de US$ 40 mil millones de los cuáles el Estado se lleva unos US$ 10 mil millones. El Estado va a recaudar más que el año pasado, el problema es que tiene que tener un contrincante a quien echarle la culpa de los males. Nosotros desde 2002 en adelante, aportamos al Estado nacional, como sector agropecuario primario, US$ 200 mil millones. Y estamos hablando que la deuda que contrajo el gobierno anterior fue de US$ 44 mil millones, el otro gobierno tuvo otros US$ 50 mil millones, éste ya tiene otros US$ 50 mil millones, entonces, tienen que echarle la culpa de los males.
-¿Ustedes son el FMI del momento?
-Somos el FMI. Aportamos mucho más en realidad. Somos más buenos, no cobramos intereses. Nos pegan y encima regalamos plata. Ese es el problema que hay. Y los gobiernos han mostrado todas las ineficiencias, desde el 2002 para acá, generando mayor pobreza, desinformación a la población, echándonos la culpa a nosotros. Las retenciones tienen que ser 0% porque han demostrado que son inútiles para manejarlas para el pueblo, o han sido eficientes para ellos.
-Ustedes plantean retenciones 0%, ¿se han notificado de alguna resolución del juez Bustos Fierro por la medida que presentaron para que se eliminen las retenciones?
-Aspiramos a retenciones 0% porque es lo que corresponde. Hoy la soja está a $120 mil, a nosotros nos pagan $50 mil por tonelada, la diferencia se la queda el gobierno nacional. Todavía no hemos sido notificados de ninguna resolución judicial.
-¿Sería materialmente posible, como estamos en la Argentina, retenciones 0% al sector?
-Sería materialmente posible. El gobierno nacional hay que decirle que en 5 años, sin retenciones, duplicamos la producción. Si no nos agarra una seca, vamos a 200 millones de toneladas. El Estado nacional ganaría un montón de plata más. No las baja por la avaricia del Estado, que quiere tener todo bajo su poder para hacer dádivas en
su círculo y su séquito político para generar votos.
De Raedemaeker: “hay condimentos del 2008”
Gabriel De Radeameker, vicepresidente de CRA, dijo su impresión sobre el conflicto que se viene en “Aunque parezca tarde”, de Punto a Punto Radio, 90.7.
“Es muy difícil planificar una inversión que siempre tiene en el sector agropecuario un horizonte, cuanto menos de 3 años. Si no podemos tener seguridad de una semana a la siguiente, cómo podemos pensar en planificar un trabajo de inversión, un trabajo de producción. Es muy difícil contribuir a generar un mayor ingreso de divisas y de mayores puestos de trabajo que el país, con 50% de pobreza, necesita”.
“Bajo la premisa equivocada de que es el productor el que puede ejercer influencia sobre el precio de los alimentos, el gobierno toma este tipo de medidas que son arbitrarias, que son directos, que son distorsivas para intentar bajar el precio de los alimentos y son decisiones que generan distorsiones como aumentos derechos de
exportación, implícitos o explícitos y aumento de la presión impositiva. Lo que generan es un desincentivo de la inversión que trae caída en la producción y con ello se termina en faltante de productos y aumento de alimentos”.
“Hay muchos condimentos parecidos al 2008, la falta de previsibilidad, la presión fiscal en aumento, un gobierno que acusa al sector de muchos males que son consecuencia de la mala política económica y un productor que está muy cansado de este destrato y agobiado. Hay muchos ingredientes parecidos al 2008”.
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