Por Eduardo Bocco. Luis Juez se preparaba para ir a festejar a La Calera el bombazo que significó el triunfo de Juntos por el Cambio, cuando se multiplicaron las informaciones sobre una cumbre en Buenos Aires que tenía en una misma mesa a los presidentes de los partidos que integran la alianza opositora. Allí se discutiría el ingreso de tres extrapartidarios: Juan Schiaretti, José Luis Espert y Margarita Stolbizer.
El candidato a gobernador tenía pensado volar en el primer avión de la mañana del lunes a Capital Federal para autoinvitarse a esa reunión clave. Sin embargo, dudó porque tuvo miedo. ¿y si hay niebla y no se puede viajar? ¿Y si se postergan los vuelos?
Entonces, ese mismo domingo y antes de ir a dar la vuelta olímpica a La Calera, cambió de planes. Tomó su auto y le largo a la ruta. Manejó toda la noche para asegurarse de estar en la Capital Federal a las 15 horas, cuando estaba pautado el encuentro.
Mientras, cuando sus operadores y compañeros de la política lo consultaban, respondía de manera contundente: “No manejé toda la noche al pedo. Voy, me meto a la reunión y digo lo que vengo pregonando sobre el ingreso de Schiaretti a la coalición. A mí no me van a manejar como a un chico porque Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta están mirando al interior desde Buenos Aires y parecen no tener en cuenta lo que pasa”.
Tal como lo había prometido irrumpió en la cumbre y de prepo expuso su punto de vista. Lo escucharon en silencio, aunque después Morales –gobernador de Jujuy y presidente del radicalismo– dijo que entendía al candidato cordobés.
Cuando Juez concluyó su descargo, la reunión comenzó pero a los 7 minutos se interrumpió. Y pasó a un cuarto intermedio sin fecha.
Obviamente, la incorporación de Schiaretti a Juntos por el Cambio así como así implicaba detonar las chances de Juez en la provincia. Por eso, la reacción y el discurso vehemente del senador y candidato.
La sospecha. Además de Juez, también llegaron a la sede del encuentro los diputados Ricardo López Murphy y Alberto Assef aunque éstos no fueron tratados con demasiada cordialidad. La sospecha de los presentes era que habían sido enviados por la precandidata presidencial Patricia Bullrich.
La exposición de Juez fue corta pero le alcanzó para llevarse puesta a la agenda de trabajo y la suspensión y el pedido a cuarto intermedio fue el paso siguiente porque los cuatro presidentes no se ponían de acuerdo. Además de Larreta y Morales, estaban Federico Angelini, presidente provisorio del PRO ante la licencia de Bullrich, y Maximiliano Ferraro, de ARI-Coalición Cívica.
Schiaretti confía en que la conversación con Morales y Larreta pueda seguir, más allá de la incorporación o no a Juntos por el Cambio. El gobernador apunta a una Paso con el jujeño y el referente del PRO, excluyendo a Bullrich.
Desde la mesa chica de Schiaretti se admite que esta fuerte tensión interna siembra obstáculos en el futuro de Juntos por el Cambio y no descartan la implosión del frente electoral.
Ayer, perdieron Larreta, Morales y Schiaretti y ganaron Bullrich, Mauricio Macri –también se opone– y especialmente Juez, que impidió la reunión y continúa firme en el campo de la batalla política que libra contra Martín Llaryora por la gobernación.
De todas maneras, debe decirse que se trató simplemente del inicio de una contienda que continuará y cuyo final obviamente no está escrito. La segunda parte de esta historia se escribirá en breve y tal vez no sea la última.