El diputado nacional, Rodrigo de Loredo, recorrió los barrios Rodrigo Bueno; 20 y 31 de la ciudad de Buenos Aires para relevar de primera mano el proceso de urbanización de asentamientos informales que lleva adelante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
En ese marco, enfatizó: “En Córdoba, el peronismo dejará una provincia con más de 280 asentamientos precarios sin infraestructura concentrados principalmente en Punilla, Río Cuarto y capital, barrios ciudad en la periferia, que contrastan fuertemente con los 135 barrios cerrados también en la capital. Este modelo de fragmentación tiene como consecuencia la constitución de sociedades segregadas, el aumento de los índices de inseguridad y de violencia urbana”.
“El próximo gobierno debe avanzar en nuevas políticas habitacionales y de urbanización de asentamientos marginales, que no han dejado de crecer en los últimos 20 años, que contemplen su integración urbanística, lograr sentido de pertenencia y más seguridad, que puedan acceder al mundo laboral y a servicios básicos y la responsabilidad por mantenerlos”, consideró.
Luego de recorrer los asentamientos en la ciudad de Buenos Aires, el diputado radical expresó: “Ante el dilema de urbanizar o relocalizar que se planteó en las grandes ciudades de la Argentina frente al crecimiento exponencial de las villas y su falta de acceso a servicios básicos, la ciudad de Buenos Aires, con una mirada social integral, aplicó un programa de urbanización que contempla la construcción de nuevas viviendas, la remodelación de otras, apertura de calles, nuevos espacios públicos y acceso a servicios básicos como agua potable y electricidad, con un claro objetivo de integrarlos a la ciudad”.
“En la provincia de Córdoba no hay políticas públicas que apunten a mejorar la calidad de vida de quienes habitan los asentamientos precarios. La última respuesta que dio el peronismo frente al crecimiento de las villas fue su relocalización a las afueras de la ciudad en los denominados Barrio Ciudad, en el año 2004. Esta decisión contribuyó a un proceso de exclusión, fractura social y a una ciudad cada vez más desintegrada”, enfatizó.
Agregó: “La marginalidad va creando sociedades más fragmentadas, enfrentadas, con mayores niveles de desigualdad, violencia e inseguridad, por eso es necesario pensar alternativas y conocer otras experiencias de gestión que han tenido éxito en el abordaje de esta problemática”.