El impresionante ascenso económico chino de las últimas décadas, hoy ya es la segunda economía más grande del mundo, es un fenómeno bien conocido. Sin embargo, lo que es menos conocido, y quizás donde hay menos consenso, es la individualización de los factores que han favorecido dicho ascenso. Frecuentemente, se suele decir que la principal razón del ascenso de China se debe a los bajos salarios de sus trabajadores. Si bien es verdad que en el pasado los sueldos eran realmente bajos, hoy por hoy los sueldos industriales se están acercando a los US$ 900 por mes.
Este excesivo énfasis en el costo laboral hace que se pierda de vista otros factores que han influido en el desarrollo de las ventajas competitivas de China.
Sin lugar a dudas, cualquiera que visita China quedará impresionado por la cantidad y calidad de la infraestructura pública existente (puertos, rutas, trenes, telecomunicaciones, infraestructura energética, etc.). Además, cualquiera que se interioriza un poco más en el funcionamiento económico de China sabrá de la amplia disponibilidad de financiamiento barato, de largo plazo y en moneda local (Renminbi), que tienen las empresas estatales y privadas chinas para realizar inversiones de capital, investigación y desarrollo, desarrollo exportador, fusiones y adquisiciones, etc.
Ambos factores, disponibilidad de infraestructura pública y disponibilidad financiera y crediticia, han sido posibles gracias al financiamiento del Banco de Desarrollo Chino, que es el mayor banco de desarrollo del mundo con activos totales de US$ 2,3 billones. Los bancos de desarrollo son bancos estatales que se especializan en el financiamiento de largo plazo y que, por lo general, se fondean mediante la emisión de bonos de mediano y largo plazo en el mercado de capitales.
Evidentemente, lo que China nos está enseñando es la gran utilidad de tener bancos de desarrollo. Sin embargo, estos bancos no solo deben estar eficientemente administrados, sino que deben tener acceso a un mercado de capitales profundo y líquido para emitir sus bonos y lograr fondearse sin restricciones, en moneda doméstica y a largo plazo. Dicho esto, es importante aclarar que la existencia de un mercado de capitales profundo y líquido no es una condición que se debe cumplir previamente, sino que es algo que el Banco Central, el banco de desarrollo y el Estado pueden fomentar, ayudar a crear e ir desarrollando de manera escalonada y en paralelo con el crecimiento del banco de desarrollo.
El Banco de Desarrollo Chino fue creado en 1994 y en ese entonces no existía un mercado profundo y líquido para sus bonos. Sin embargo, el Banco Central de China obligó a los bancos comerciales, mediante la regulación bancaria, a comprar y mantener una cierta cantidad de estos bonos del Banco de Desarrollo Chino en sus balances. Luego de cuatro años, en 1998, ya se había desarrollado un mercado profundo y líquido para estos bonos con lo cual los bancos comerciales por voluntad propia deseaban continuar comprando estos bonos y el Banco Central de China pudo relajar la regulación bancaria.
Hoy por hoy, los bonos del Banco de Desarrollo Chino son los bonos con mayor liquidez del mercado de capitales chino. Quizás sea tiempo que el Banco Central de la República Argentina implemente regulaciones bancarias para que los bancos comerciales, en vez de comprar tantas Leliqs que son bonos de corto plazo y no sirven para financiar nada productivo, comiencen a comprar bonos de más largo plazo emitidos por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice), que es nuestro, minúsculo por ahora, banco de desarrollo.