La semana pasada, dos testigos que participaron del juicio en la causa CBI se refirieron a Darío Ramonda y Centro Motor. Lo que se buscaba desentrañar es qué grado de relación tenía el dueño de la concesionaria Toyota con CBI; si era cliente externo o uno de los que fondeaban el movimiento dinerario.
El exsíndico Ricardo Wenceslao Veltruski Heck explicó la naturaleza y calidad de los cheques que fueron secuestrados y analizados, la modalidad de las operatorias para concretar la evasión y el uso de “firmas figurativas o cáscaras para hacer la liquidación del descuento de los cheques”, maniobras con las que se concretaba evasión impositiva.
En ese sentido, Marcela Barreiro, exsecretaria administrativa de la financiera, explicó que había clientes de la concesionaria que pagaban en las oficinas de CBI y que llegaban camiones de caudales con dinero de Centro Motor fuera del horario bancario. Marcos Daher, defensor de Ramonda, dijo que eso sucedía por seguridad y que por contrato CBI tenía 72 horas para depositar el efectivo donde se le indicara, devolviéndolo o pagando a proveedores.
El letrado anticipó que varias afirmaciones que se escucharon en esa audiencia serán aclaradas por Ramonda en la próxima, prevista para el miércoles 24 de abril. En tanto, Barreiro declaró que se acercaron clientes a la financiera por lo que significaba el “respaldo de Centro Motor”.
Sin embargo, los asesores de Ramonda detectaron que desde CBI se habían dirigido a empresas mencionando que la concesionaria garantizaba el servicio financiero. En aquel momento, recordaron fuentes allegadas al empresario, se envió a CBI una carta documento y se cambió la modalidad. Hasta entonces en la financiera se entregaba recibos de Centro Motor a los clientes de la concesionaria.
A partir de allí, los recibos se retiraron. “Centro Motor nunca otorgó ni autorizó garantías a terceros”, aseveró la misma fuente, que destacó que en la empresa nunca tuvieron reclamos ni menos ejecuciones por supuestas garantías.