Año 2011. Juan Schiaretti culmina su primer mandato como gobernador, no tiene posibilidad de repetir dado que entre 2003 y 2007 fue vicegobernador de José Manuel de la Sota. Entonces, tras una gestión que arrancó con la polémica elección ganada a Luis Juez en septiembre del 2007, cuatro años más tarde cedía su despacho a su socio político.
Sin embargo, hubo una reunión con una propuesta que le hizo ruido. En una charla personal, el fallecido conductor radial y hombre fuerte de Cadena 3, Mario Pereyra, le dijo que tenía que ser candidato a intendente. Que era un buen momento para pensar en la ciudad y que con De la Sota en la gobernación un período, el fallecido exmandatario provincial jugaría ‘la nacional’ para habilitarle el regreso a la Provincia.
La respuesta, en algún momento hecha pública por el reconocido locutor, fue con respeto, pero tajante: “es muy difícil que, quien fue cardenal, después vuelva a ser obispo”, habría manifestado el entonces saliente gobernador.
La chance hubiese puesto a Schiaretti a pelear mano a mano la intendencia con el radical Ramón J. Mestre que iría en ese momento por el que iba a ser su primer mandato, y suceder así a Daniel Giacomino, el exsocio político de Juez, que atravesó una gestión para muchos olvidable.
Sin embargo, no fue la primera chance que un top rechazó a la hora de pelear por la capital cordobesa.
En el año 2003 a un radical muy importante y de buenos vínculos con el peronismo le sonó el teléfono días después de la victoria que le dio reelección y el segundo mandato a De la Sota. Lo llamaron en aquel momento de un despacho importante de la Casa de las Tejas y lo invitaron a una cena.
Comida a la que asistió con el también radical Oscar Aguad que meses antes se había convertido en el candidato por el fallecimiento de Ramón Bautista Mestre en marzo de ese año. Aguad perdió con De la Sota y el peronismo le hizo una propuesta: que fuera candidato a intendente ese mismo año.
La jugada tenía un único objetivo, plantarle un candidato con peso a Luis Juez porque desconfiaban de la respuesta en las urnas a Alfredo Keegan. Y no se equivocaban los que comieron aquella noche de invierno del 2003 en la extinta Casa de las Tejas: Juez arrasó y Keegan quedó afuera del mapa político para siempre.
Años más tarde, un radical que nunca tuvo buena relación con el actual senador, se animó a confesar: “a lo mejor, el peronismo apoyaba por abajo al ‘Milico’ y Juez no llegaba a intendente”, se lamentó.
La jugada actual
Muchos años más tarde, algunos nombres y vínculos se repiten. En el peronismo empiezan a barajar la chance de que Schiaretti sea candidato a intendente, con Martín Llaryora como candidato a la gobernación y de esta manera contrarrestar así los efectos del tándem Luis Juez-Rodrigo de Loredo. Con el senador peleando en la carrera al Panal y con Schiaretti planeando cambio de despacho.
De hecho, algunos dicen que hay hasta refacciones que se están haciendo en el Palacio 6 de Julio pensando en el actual gobernador como nuevo inquilino desde el año próximo. Igual, no es una apuesta que compren todos en el peronismo. Hay schiarettistas que desisten de esa posibilidad e insisten con la proyección nacional.
Todo se empezará a develar recién en el segundo semestre, cuando varios empiecen a probarse la ropa de candidatos.