Por Eduardo Bocco
Comienzan a acortarse los tiempos para el peronismo de Córdoba y todos los días se materializan nuevas acciones tendientes a validar la candidatura a gobernador del actual intendente de Córdoba, Martín Llaryora.
Más allá de la participación conjunta en actos de gestión, en el PJ indican que hacia fines de mes se conocerán algunas opiniones del gobernador Juan Schiaretti refiriéndose al intendente de Capital, en las que seguramente abundarán los elogios.
Es posible que el peronismo lance a Llaryora sin tener definido quién será su compañero de fórmula, aunque en los últimos días el intendente de Río Cuarto Juan Manuel Llamosas ha tenido una actividad intensa, pero no se debe descartar a la diputada nacional Natalia de la Sota ni a Martín Gill, intendente de Villa María, según
consignaron fuentes de Hacemos por Córdoba.
Sin embargo, ese proceso encarrilado -a pesar las diferencias entre schiarettistas y llaryoristas sobre el armado en el interior- no tiene su correlato en la capital de la provincia.
En la ciudad de Córdoba el justicialismo no tiene definido su esquema, de cara a las elecciones municipales del año que viene. Si bien Daniel Passerini parece ser “el caballo del comisario” y su candidatura a intendente es considerada casi un hecho natural por diferentes sectores del partido, hay otros referentes que no están
dispuestos a ceder.
Con juego propio
Cerca del secretario de Gobierno, Miguel Siciliano, apuntan que el funcionario no resigna sus aspiraciones y que considera que hay muchos dirigentes territoriales de Capital que no aceptarán candidatura definidas “por el dedo” y que por esa simple razón “no descartan la interna” como método para resolver las
candidaturas.
A su vez, Marcelo Rodio, secretario de Transporte del municipio, reiteró en repetidas ocasiones durante las últimas jornadas que él no bajó su candidatura ni nada que se le parezca.
Todo este movimiento surgió a partir de que se conociera que tanto Rodio como Juan Domingo Viola –otro de los aspirantes al Palacio 6 de Julio– habían tenido charlas informales con Passerini sobre el futuro electoral del PJ en la ciudad de Córdoba.
Lo concreto es que esa elección interna no pasa solamente por la elección de los candidatos a intendente sino también por la nominación de los aspirantes al Concejo Deliberante, donde se presume que puede librarse un enfrentamiento duro.
Mientras tanto, Passerini navega en aguas tranquilas y sigue cultivando su clásico estilo de acciones medidas y sin demasiado ruido, que han logrado instalarlo en buena parte de la sociedad como un dirigente confiable.
A la lista de postulantes a suceder a Llaryora también hay que anotar al legislador Juan Manuel Cid y especialmente a Oscar “Pichi” Campana, quien desde hace unos meses viene trabajando en silencio, aunque en las últimas semanas levantó su perfil.
De todas maneras, la mayoría de los candidatos coincide en un tema: si El Panal decide que la actual diputada nacional Alejandra Vigo sea la elegida, todos los interesados retirarán sus postulaciones.
A Vigo algunos referentes la ven como completando la fórmula en la ciudad de Córdoba junto, por ejemplo, a Passerini, aunque otras voces juegan todas sus fichas a una postulación a vicegobernadora.
Sin embargo, desde el entorno de la dirigente se reitera que “Alejandra no será candidata y seguirá ejerciendo sus funciones en el Senado de la Nación”.
A esta novela le faltan capítulos por escribir.