Así lo confirma uno de los informes de Fundación Mediterránea a partir del análisis de las exportaciones tanto en valor (US$) como en volúmenes (toneladas) a partir de datos oficiales (INDEC); también se estiman los precios medios logrados en los envíos de los diferentes productos.
De acuerdo a información de INDEC y estimaciones propias de IERAL, las exportaciones de granos (cereales y oleaginosas) y sus principales derivados industriales (aceites, harinas) se habrían aproximado a los US$ 26.200 millones en 2017, mostrando un retroceso del 4,2% respecto de las divisas generadas por estos mismos productos en 2016 (US$ 27.350 millones). La caída en las exportaciones responde tanto a un ajuste en los volúmenes como a menores precios de colocación.
Se observan retrocesos en los envíos de productos relevantes, caso de soja grano (- 1,49 millones de toneladas), aceite de soja (-550 mil toneladas) y cebada (-700 mil toneladas). El complejo sojero se ha visto afectado por el menor ritmo de comercialización de la soja de la campaña 16/17; a fines de noviembre los productores llevaban vendidas (con precio cerrado) 36,2 millones de toneladas, 66% de la producción de la campaña (tomando 55 millones de toneladas). Este ritmo de ventas es más lento que el histórico, tanto en términos absolutos como relativos al volumen de granos producido.
En cuanto a los precios medios de exportación, los envíos 2017 se realizaron a menor valor promedio en el caso de la harina de soja (-5%), la harina de trigo (-7%), el biodiesel (-2%), la cebada (-6%) y el sorgo (-10%), entre otros productos.
Escenario 2018
Respecto a qué puede pasar con las exportaciones 2018, un escenario base de trabajo debería considerar envíos similares a los de 2017, es decir, un flujo de divisas próximo a US$ 26.000 millones, según apuntan desde IERAL. En un escenario más optimista, que incluiría: buenas condiciones climáticas y por ende productivas; precios internacionales estabilizados y la decisión de los productores de reducir en forma importante sus tenencias de soja (entre 4 y 5 millones de toneladas); las exportaciones podrían ubicarse en un rango de entre US$ 27.500 – US$ 27.900 millones.
Bajo el supuesto que las exportaciones del complejo sojero del 2018 son similares a las de 2017 (en valor, composición y estacionalidad) y que el tipo de cambio se ubica en un promedio de $19,8 por dólar, el costo fiscal directo de la reducción gradual de retenciones se estima en $10.100 millones (US$ 506 millones) para 2018. Si la reducción de retenciones hubiese sido implementada “toda junta en enero”, los ingresos fiscales resignados se habrían aproximado a los $18.600 millones (US$ 944 millones).
En 2016 se había observado una leve recuperación en los envíos y un cambio de tendencia respecto al desempeño que éstos venían manifestando en los años previos, tal como puede apreciarse en el gráfico adjunto. Pero esta recuperación no pudo sostenerse en 2017. Las estadísticas indican que la caída en las exportaciones respondería en parte a un ajuste en los volúmenes colocados y en parte a menores precios.
Respecto a los volúmenes, se observan mayores envíos en trigo (+2,34 millones de toneladas), pero se tienen retrocesos en varios productos, algunos de ellos muy relevantes, caso de la soja (-1,49 millones), el aceite de soja (-550 mil toneladas), la cebada (-700 mil toneladas) o el girasol (-230 mil toneladas). En el maíz, a pesar de la cosecha récord 16/17 (de entre 40 y 49 millones de toneladas según las fuentes), las exportaciones terminarían casi empatadas con las del año pasado (se estima que totalizarían 24,3 millones de toneladas, +300 mil).
La decisión de cuánta soja vender y cuánta conservar afectó negativamente las exportaciones del complejo en 2017 y será un factor determinante de las exportaciones del 2018. Si se intensificase el proceso de retención, la presión sobre los envíos del año que viene será mayor, por el contrario, si las tenencias volviesen a niveles más normales, las exportaciones 2018 pueden tener un plus, un empujón extra de varios millones de toneladas de “soja vieja” que entraría al circuito comercial y se sumaría a la “soja nueva” del ciclo 2017/2018.
En cuanto a los precios medios de exportación, los envíos 2017 se realizaron a un valor promedio menor al del 2016 en el caso de la harina de soja (-5%), la harina de trigo (- 7%), el biodiesel (-2%), la cebada (-6%) y el sorgo (-10%), entre otros productos. Por el contrario se observan subas importantes en maní, tanto procesado como crudo (+17% y +20%), y también mejoras en aceite de soja (+5%).