Por Eduardo Bocco.
El peronismo y Juntos por el Cambio están jugando un partido de ajedrez, que mezcla lo estratégico con algo de soberbia. Ambas fuerzas quieren tener la última palabra y que el otro doble el brazo. Esto es así porque si se hace un análisis racional, no hay ninguna ventaja apreciable que se pueda sacar si se anuncia la fecha antes que los opositores revelen el nombre de los integrantes de sus fórmulas.
Está claro que Martín Llaryora será candidato a gobernador y Daniel Passerini postulante a la intendencia de Córdoba. También está claro que Luis Juez será el candidato a gobernador por Juntos por el Cambio, pero no está confirmado el lugar que ocupará Rodrigo de Loredo.
Tampoco hay demasiadas pistas sobre las fechas de las elecciones en la provincia y en la ciudad de Córdoba. El gobernador Juan Schiaretti y el intendente Martín Llaryora son dueños de las dos lapiceras de la coalición oficialista, aunque la del jefe del Ejecutivo provincial tiene un tanque más grande.
Los dos están en un tire y afloje casi constante, porque el mandatario provincial quiere dividir las fechas de los comicios y el jefe del Ejecutivo municipal no. Por eso la falta de definición y por eso la sucesión de reuniones, que también incluyen la conformación de las listas legislativas, donde hay varios cantores para pocas canciones.
Todavía no hay nada definido. Por ley, Schiaretti tiene tiempo hasta el 26 de marzo para definir la convocatoria, pero Llaryora cuenta con un plazo mayor, ya que debe resolver el tema 60 días antes de la compulsa electoral, contra los 90 que la ley le exige a la Provincia.
Hace unos días, comenzó a reproducirse con la velocidad de la luz el dato que dice que De Loredo podría presentarse en ambas elecciones, es decir como candidato a vice de Juez y como candidato a intendente de Capital, si las elecciones se diferenciaban.
Esto lleva a Schiaretti a repensar otra jugada y dejar de lado su tradicional idea de convocar en fechas separadas y unificar todo, tal como desea Llaryora.
¿Qué haría en este caso Juntos por el Cambio? Juez sería candidato a gobernador y De Loredo candidato a intendente porque de esa manera y como quiere el Frente Cívico, los dos estarían “cerca” y las dos boletas podrían complementarse. Si, por el contrario, las pujas electorales van separadas De Loredo vería inscripto su nombre en ambas contiendas.
Antes de resolver, Schiaretti y Llaryora mirarán las encuestas que ya empezaron a realizarse y a partir de eso tendrán una idea para llegar a la solución final, que obviamente no está lejos de darse.
Los vice, siempre los vice
Conforme sean las fechas, serán los candidatos a vicegobernador de ambas fuerzas. De la situación de los opositores ya se habló. Si no es De Loredo, los juecistas ya aseguraron que será potestad del radicalismo la elección de la persona que completará la fórmula provincial. Cada vez se menciona con más fuerza al diputado nacional negrista Marcos Carasso, aunque obviamente hay otros anotados, además de las operaciones que hacen algunos dirigentes para que los mencionen.
Por el lado del justicialismo, la carrera tradicional la corren la diputada nacional Natalia de la Sota y el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas. El hombre del Imperio hace valer su poder territorial y la legisladora su apellido. No hay que olvidar que es hija del fallecido ex gobernador José Manuel de la Sota.
Sin embargo, y si los astros no se alinean para ninguno de estos dos dirigentes, puede aparecer otro nombre, o mejor dicho reaparecer. ¿Qué pasaría si finalmente Schiaretti debe negociar y unificar los comicios provinciales y el de Capital?
No sería raro que diga: cedo pero pongo el vice… o la vice. Y en ese caso, Alejandra Vigo volvería a tallar… todo tiene que ver con todo.