La calificadora de riesgo internacional Moody’s estimó que la economía argentina sufrirá una contracción del 1,5% este año, mientras que la inflación trepará al 107%.
«Moody’s Investors Service ha cambiado sus proyecciones del PBI real de Argentina a una contracción del 1,5% en 2023 desde una antes prevista del 0,5%, y un repunte del 1,8% en 2024 desde el 1,5% anterior», indicó la empresa.
Asimismo, argumentó su estimación al señalar que en marzo, el INDEC señaló que la actividad económica en enero de 2023 se expandió un 2,9% interanual, «poniendo fin a cuatro resultados mensuales negativos consecutivos».
En otro apartado, se remarca que a pesar de los resultados de enero, es probable que la economía comience a sentir los efectos de la sequía que afecta al país y que las perspectivas para la producción agrícola se han deteriorado en las últimas semanas, ocasionando que la producción agrícola registrará un impacto aún mayor que en la sequía de 2018″.
Cabe destacar que las estimaciones de Moody’s son peores de las que formuló el FMI en su último informe sobre Perspectivas Económicas: según ese documento, la Argentina crecerá apenas 0,2% este año y la inflación alcanzará al 88%.
Por otra parte, la calificadora remarca que los efectos de la sequía pueden derivar en controles de importación «más estrictos, que afectarán aún más la demanda interna y reducirán la disponibilidad de bienes de capital, intermedios y de consumo».
En cuanto al dólar, el informe indicó que el tipo de cambio paralelo «se ha debilitado sustancialmente desde noviembre a medida que la base monetaria continuó expandiéndose con la monetización del déficit fiscal. Al respecto, la inflación mensual se aceleró por tercera vez consecutiva en febrero, rompiendo con la disminución gradual del segundo semestre de 2022″.
En este marco, se indica que a medida que los desequilibrios económicos «continúen creciendo, hay poca voluntad política para promulgar medidas de ajuste más allá de políticas fortuitas para salir del paso hasta las elecciones generales de octubre» por lo que «esto sugiere que el balance de riesgos está sesgado hacia una contracción más profunda, una inflación más alta y una mayor presión sobre las escasas reservas de divisas del Banco Central, lo que complica las perspectivas de ajuste postelectoral y aumenta el riesgo de incumplimiento hacia 2024-25″