Jaime Duran Barba, el gurú de Mauricio Macri y Cambiemos, pasó por Córdoba para presentar su libro «Política en el siglo XXI», en un evento orgaizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba.
El consultor habló durante una hora y media y realizó varios planteos, entre ellos los relacionados a las medidas que debió adoptar el gobierno Nacional tras doce años de kirchnerismo. En ese sentido, expresó que «el tipo de liderazgo de Macri y la forma de su comunicación horizontal hicieron que la mayoría de los argentinos se mostrara comprensiva con las medidas tomadas. Las mismas medidas encaradas con una actitud autoritaria habrían provocado graves desórdenes sociales”.
El consultor sostuvo además que “las fronteras sociales se derrumbaron, ahora cualquiera puede enviarle un mensaje a cualquiera, y espera que el otro le responda aunque sea una persona importante, siente que tiene derecho a que le respondan”.
En ese contexto, contó que “Macri recibe 1000 mensaje diarios y es peligroso no responder, cuando llegan mensajes que llaman mucho la atención los procesamos y pasan al presidente. Tenemos que aprender el lenguaje de la gente porque en esta nueva etapa no basta el espectáculo melancólico, sino que los electores son activos y participan de la campaña, y a final de cuentas el candidato gana porque supo comunicar”.
Un ejemplo de ello es el famoso timbreo que el PRO realiza desde el 2005 pero que en los últimos meses se vieron rodeados por una fuerte polémica a partir de “manuales” que se reparten entre funcionarios para saber cómo actuar en los timbreos. Duran Barba defendió la estrategia: “Ahora, un caso puntual produce un gran efecto cuando está bien hecho, más que un gran discurso, y esa persona se entusiasma y lo pone en Facebook, eso se difunde enormemente”.
Finalmente hizo mención a la figura de la ex Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en relación al piso y al techo de votos que puede tener en las elecciones. Allí, no hubo sorpresas y remarcó lo declarado en los últimos días.
“Un 55% ó 60% de las personas del país no votaría nunca por ella, o por el peronismo, son personas que creen que el peronismo es corrupto. Y por el otro lado hay un grupo partidario muy fanático, un 25% que la vota y no le importan las irregularidades o la corrupción, por lo que fluctúa entre esos porcentajes. Un piso de 25% y un techo que podría llegar al 40%”, sostuvo.