El Parlamento de Israel sancionó ayer una ley que complica una eventual división de la soberanía de Jerusalén, que divide a israelíes y palestinos, en caso de que se alcanzara un acuerdo por la paz.
La nueva legislación establece que cualquier cesión de una parte de la histórica ciudad a los palestinos necesita dos tercios del cuerpo, cuando antes bastaba con mayoría simple. Se sancionó con por 64 votos contra 51.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, consideró que la ley es “una declaración de guerra contra el pueblo palestino y su identidad política y religiosa”.
”Este voto indica claramente que Israel declaró oficialmente el final del llamado proceso de paz y que ya empezó a imponer políticas de hechos consumados”, añadió.
En definitiva, el proyecto sancionado es otro de los efectos de la intención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
A fines de año, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) aprobó por amplia mayoría una resolución que condena la decisión de Estados Unidos, durante una sesión de emergencia que Trump había advertido que seguiría de cerca, además de amenazar con represalias a los países que respalden el rechazo.