Sergio Massa dio un paso más en su reajuste del sistema de importaciones con la puesta en marcha de un mecanismo para agilizar las importaciones de las empresas que las paguen con dólares propios declarados. Esa vía, que ya estaba prevista dentro del nuevo esquema denominado SIRA, empezó a tener una mayor celeridad, en medio de las dificultades para acumular reservas.
Esto significa que el Banco Central y AFIP habilitarán una ventanilla especial para atender estos casos. El nuevo SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina) les pregunta a las empresas si eventualmente cuentan con dólares para efectuar la operación. En ese caso, de manera automática pasarían a una nueva “ventanilla” que se habilitará específicamente para atender a estos casos. Los bienes o servicios que ingresen bajo esta modalidad lo harán, por lo tanto, a un tipo de cambio cercano a los $ 300.
El nuevo SIRA apunta a restringir las maniobras de algunas empresas para acceder al dólar oficial y, a la vez, reforzar el control de las operaciones en medio del cuadro de reservas escasas del Banco Central (BCRA).
“En estas dos semanas del nuevo régimen vimos cómo todo estaba mal coordinado. Eso provocó que muchas empresas se quedarán sin insumos para producir, generando paradas de plantas”, explica Daniel Griboff, titular de la empresa Dagri y referente del sector en el interior del país.
Quien se suma a la declaración de Griboff es Norberto Delfino, director de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba y socio fundador de Servelec SRL, aseguró que el sector industrial está en “crisis” y que “es una situación desesperante”.
“Fue un error muy grave dejar sin efecto el sistema anterior sin tener listo y funcionando el nuevo esquema, eso produjo un limbo que ya lleva más de dos semanas. Nadie pudo sacar un insumo de los depósitos fiscales de Aduana porque no se sabe cuál es la situación actual. Estamos hablando sobre las consecuencias de una serie de problemas que Argentina tiene en su Comercio Internacional”, manifestó el empresario.
Sobre el nuevo mecanismo de Massa, el titular de Dagri, explica: “ahora se espera que cuando declaremos que vamos a usar dólares propios para pagar al exterior, el Gobierno nos dé prioridad. El problema es que muchas empresas no dejaron dólares en sus cuentas, sino que hicieron repartos de utilidad o ya los destinaron a otros usos. Ahora las empresas no tienen muchos dólares en sus cuentas y tienen que recurrir al dólar MEP, eso los va a inhabilitar por 90 días para acceder al MULC. A partir de ahí, todas las importaciones van a ser a dólar MEP”.
A raíz de esta modificación, Griboff considera que va a haber un aumento en el precio de los productos cercano al 40%: “el costo de las importaciones tiene varios conceptos que se van pagando en diferentes momentos a diferentes tipos de cambios. Ahora vas a tener que pagar una parte con dólar MEP arriba de los $310 pero el resto (flete, despachantes y depósito) se paga a dólar oficial. Ese incremento en el valor que se le paga al proveedor termina representando una suba cercana al 40%, dependiendo del monto de la operación”.
Para Griboff, “no hay confianza en los proveedores extranjeros por el cambio permanente en las reglas de juego. No es normal que un Gobierno se meta en la negociación entre privados, afecta a la operatoria general. Hoy nuestro mercado no es atractivo para proveedores internacionales, es un mercado que se mantiene, pero no viene creciendo”.
“Es desgastante trabajar para tratar de que haya mejoras en lo comercial y encontrarnos con complicaciones diarias genera mucho estrés en los operadores. Si bien siempre se destaca la capacidad de adaptación del empresario argentino, llega un punto que no tiene ninguna gracia. Es un conjunto de medidas arbitraria para dosificar las importaciones. El sector del comercio exterior está afectado por la coyuntura y está muy preocupado por lo que está pasando”, considera el titular de Dagri.
Para Griboff la nueva medida va a favorecer y perjudicar a las empresas: “va a favorecer a aquellas empresas que no podían traer mercadería van a poder hacerlo con dólares propio y va a perjudicar por el aumento de precios. Nos vamos a encontrar con productos que estaban en falta pero con precios más elevados”.
Consultados por las principales preocupaciones que golpean al sector, Delfino expresó: “no tenemos horizonte, no podemos planificar, no sabemos qué va a pasar la semana próxima, no sabemos cuándo vamos a tener insumos nuevamente. No estamos para nada tranquilos, estamos al día”.
Mientras que Griboff asegura que no ve un rumbo de país a futuro: “necesitamos más gestión, menos discursos. Ver resultados y que haya un objetivo a cumplir, necesitamos un camino a seguir que hoy no existe”.
-¿A dónde apuntan estas medidas?
-Delfino: “Son medidas desesperadas para mantener un nivel mínimo de reservas que desnuda la insolvencia del Banco Central para suministrar dólar al aparato productivo nacional. Supuestamente hubo un festival de importaciones… si estas situaciones existieron, el Estado tiene sus organismos de control, debe ir con sanciones y condenas sobre esos responsables, pero no aplicar leyes generales donde pagan justos por pecadores. Mucho menos paralizar todo el aparato productivo”.