Desde que se desató la crisis global por el coronavirus asistimos a una destrucción masiva de las acciones fruto de la proyección de muy malas perspectivas en los flujos de fondos de las empresas, mucho temor y el efecto del desapalancamiento obligado por parte de inversores y de fondos. Ese combo acelera el proceso de la baja y vemos acciones como la de Mercado Libre que cayó 28% o YPF que perdió 52% de su valor en dos semanas. ¿El problema más grave? La incertidumbre sobre cuánto puede durar en el tiempo este freno a la economía mundial y sobre las consecuencias que pueden desatarse.
La otra cara. “La parte menos mala es que se van abriendo oportunidades de compra de activos a precios muy bajos. No es una recomendación empezar a comprar ahora porque la tendencia está a la baja, pero si es una recomendación empezar a acercarse al mercado de capitales cuando todos se están yendo. En la economía real uno compra cuando está barato para buscar vender cuando está caro. A veces la psicología en el mercado financiero funciona de forma distinta y muchos se quieren subir a la ola de suba de precios en vez de ir a contraposición de lo que está actuando el mercado en términos de masividad. Volviendo a lo positivo pueden encontrarse empresas que hoy valen en el mercado menos de lo que hoy valen en sus balances y hay ejemplos claros como YPF. YPF ha caído en el mercado local un 60% en el precio de su valor, ha tenido precios máximos de casi $700 y hoy vale $353 y tiene una capitalización de mercado de $159 mil millones y un valor por balance de casi $700 mil millones, es decir que esa empresa en el mercado vale un 20% de lo que vale en balance. Si desguazamos la empresa y salimos a venderla considerando inclusive la marca empresa obtenemos más plata que si salimos a vender todas las acciones en el mercado”, analiza Nicolás Alfonso de Focus Investment Management.
Cómo operar. En ese contexto, Alfonso aporta algunas premisas de acción para el inversor que no lee la situación en el corto plazo, sino que mira un poco más allá y sabe que hay empresas que tienen buena marca, buenos negocios, clientela, buen efectivo y buen management.
Tres premisas para cualquiera que esté pensando en mirar el mercado de renta variable:
- El capital a invertir tiene que ser capital que no vaya a necesitar para su actividad, para su empresa o cuestiones personales por lo menos por un lapso de 18 a 30 meses. Que piense que está haciendo una inversión como para un departamento en pozo que va a tener en unos dos años. Si no tiene esa disponibilidad de liquidez por ese plazo la recomendación es que se mantenga por ahora afuera del mercado.
- Que esté dispuesto a no mirar precio después de haber comprado o que no le duela el estómago cuando uno de los papeles que compró tiene caídas de entre 30% a 50% de su valor por más que lo haya comprado barato.
- Mirar que la empresa sea una empresa con baja exposición a la deuda, que haya venido ganando dinero, que esté en un buen rubro y atomizar la inversión en distintos rubros y distintas empresas con buena marca.
Al margen de esto, el consejo estratégico, para ir “acompañando el baile del mercado” que arrima Alfonso es “ir comprando de a poco. Por ejemplo, si se disponen de US$ 10 mil para hacer una inversión en una empresa como Amazon, dividir en tres compras de US$3300 la operación y promediar el precio, acompañando el precio del mercado. Hoy comprar US$ 3500, mañana ver cómo arranca el mercado y así sucesivamente para ir generando un precio promedio y evitar jugarse a comprar todo hoy porque bajó el precio 10% y lamentarse al día siguiente porque bajó de nuevo”.