Era una de las medidas que el propio Alberto Fernández había adelantado cuando anunció la cuarentena obligatoria desde la Quinta de Olivos el pasado jueves: un alivio a los sectores informales y monotributistas que habían quedado afuera del paquete de ayuda económica por la crisis del coronavirus.
Los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Trabajo, Claudio Moroni, confirmaron que se abonará una suma fija y por única vez en abril de $ 10.000 para las familias que por el aislamiento no puedan percibir otros ingresos.
De esta manera, como informó Guzmán, el «ingreso familiar de emergencia» apunta a generarle un ingreso a «trabajadores independientes y monotributistas de Clase A y B de entre 18 y 65 años».
Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de que, de extenderse la crisis, «podría repetirse si las circunstancias lo ameritan».
Según los funcionarios, el universo beneficado será de unas 3,6 millones de familias. Se trata de asalariados que no reciben ningún otro tipo de ingreso en el hogar, ni jubilación, ni pensión, ni ningún otro tipo de ingreso.
«Se busca que el Estado llegue a familias que hoy no están protegidas por otras prestaciones», apuntó. La única excepción será la Asignación Universal por Hijo, es decir que la ayuda de 10.000 será compatible con ella y no excluyente de ese beneficio.
Guzmán sostuvo que hay tres modelos en el mundo para atacar la crisis económica derivada de la pandemia: “transferencias directas de dinero, protección al trabajo y seguro de desempleo: Argentina es el único país que está adoptando los tres modelos”.
“Nos estamos asegurando que toda persona que vive en la Argentina queda protegida en esta situación de crisis económica nacional y global” a causa de la pandemia, sostuvo el ministro.